Es evidente que  la herida infligida por  los llamados “disidentes” al gobernador Alejandro García Padilla está abierta. Es evidente que es un gobernador resentido, que no perdona a los que le pusieron piedras en el camino.

Lo que subyace de su mensaje de estado del País  y le cuestionan es si es capaz de tirar por la borda los intereses del Partido Popular Democrático y poner en riesgo la candidatura de David Bernier, en aras de satisfacer su deseo de venganza.

Si esa era su agenda, cumplió su cometido y fue muy efectivo en llevar el mensaje. Pero al dejar al descubierto su herida, se coloca  frente a frente a  Bernier.

Retar a la Asamblea Legislativa -léase legisladores que le colgaron la reforma contributiva- a nueve meses de las elecciones a hacer un acto de contricción, reconociendo “su error”, a juicio de muchos, es una declaración de guerra. Quiere ponerlos a pelear, a pedir perdón y a expresar arrepentimiento, cuando es anticipable que eso no va a suceder.

“Que proponga una alternativa, que bien puede ser el impuesto a las empresas foráneas de 1.5%. Eso daría suficiente dinero para eliminar las planillas. Pero la opción no puede ser regresar al Impuesto de Valor Agregado (IVA) de 14.5%, que el pueblo rechazó”, fue la respuesta del representante Luis Vega Ramos.

El economista Lerroy López comentó  que no existen condiciones para la implementación  de los alivios contributivos, para 80 mil personas que estarían exentas.

“Creo que la aprobación de alivios contributivos costaría mucho dinero, porque dependía de que se subiera el IVA a 16% y eso no ocurrió”,  dijo.

“Me pareció que es más una arenga del gobernador para la gente que se opuso a eso, pero no creo que tenga un proyecto concreto”, apuntó López.

El gobernador insiste en revivir el IVA, cuando el candidato a la gobernación y presidente del PPD -Bernier- dejó patente que se opone. 

Tras su mensaje, expresó en la radio que los electores deben votarles en contra a los que se opongan a la eliminación de las planillas. O sea, si me cuelgan el proyecto, cuélguenlos a ellos. ¿Incluyendo a Bernier?

De inmediato,  surgen comparaciones entre lo que ocurrió con el gobernador Rafael Hernández Colón y la entonces candidata a la gobernación, Victoria Muñoz Mendoza. Dicen que los gobernantes que se van le serruchan el palo al candidato que dicen apoyar.

“El gobernador es un animal herido que sobrevive y deja huellas, que es destruir a los que le pusieron piedras en el camino. No le importa David, ni el partido. Es la destrucción del PPD. Es lo mismo que hizo Rafael”, dijo un conocido popular.

Bernier, quien persigue el ideal, tal vez quijotesco, de lograr la  unidad de un partido de centro y multi-ideológico, “se está distanciando, no solo del gobernador, sino también de la Asamblea Legislativa, pero no de los alcaldes y de la gente”, señaló una fuente.

“No hay manera de ganar una campaña sin unidad. Alejandro  está sembrando el divisionismo. No puedes ganar cayéndole encima a los disidentes y al grupo que sea. Así no se hace unidad. Él sabe dónde está David y conoce sus números, que son muy buenos”, acotó un conocedor.

Comentaba una activista popular, medio en chiste y medio en serio: “Total, cuando llegue la Junta de Control Fiscal, sabrá Dios si paraliza hasta las elecciones,  por entender que es un  gasto excesivo e innecesario. Ellos son los que van a mandar”.