En una semana fueron varios los clientes que pidieron disculpas por llorar durante su sesión. Fue una de esas semanas donde pareciera que todos andábamos afectados o un poco más vulnerables. Podría ser la época del año que inspira a la nostalgia o que nos presionamos con tanto por hacer, además de las resoluciones y cambios que queremos hacer para el nuevo año.

En esos días me vi conmovida por una confesión que me hizo un confinado, y más tarde me vi pidiendo disculpas por haberme dado a mi misma la oportunidad de expresarme y también llorar.

¿Disculpas por qué? Fue la reflexión obligada. Ya no era tan importante lo que me quiso confesar, ni las razones por las que los clientes dejaban sus lágrimas caer, era crucial detenerme y hacerles una pausa para preguntarnos, por qué pedimos disculpas por ser reales, humanos y expresar algo tan natural como lo es ir al baño. Ciertamente encontrar un balance entre nuestra lógica y emociones es una tarea que resulta en equilibrio y nos favorece.

Pero, mientras llegamos allí, reconocer y manifestar emociones no sólo es saludable, es muy importante para el proceso de nuestra evolución. Cuando las emociones nos dominan, y actuamos erradamente, consecuentemente queremos controlarlas o eliminarlas, pero esa no es nuestra naturaleza.

Por eso es importante hacer gestión emocional para atendernos a nosotros mismos y lidiar con lo que sentimos de manera sana. Lo que conocemos como: coraje, ira, tristeza o desilusión son las que más se intentan ignorar logrando un efecto contrario. Lo que sentimos nos trae un mensaje directo y contundente que nos conviene escuchar. Es momento de mirarnos con valentía, conocernos mejor, sin juicio, y dar los pasos para sanar y poder manejar esas emociones de las que no nos vamos a escapar, pero sí las podemos usar como excelentes aliados en honor al crecimiento personal y evolución hacia mejores experiencias.

Cuando nos revisamos sin temor podemos encontrar resentimientos, faltas de perdón o coraje ante personas o situaciones. ¿Por qué mantener estas emociones dentro de nosotros? Por otro lado las emociones como la alegría, esperanza, felicidad, curiosidad, calma, son las que sí nos conviene hacer sostenibles, a través de nuestras acciones.

Por nuestra salud mental y física, por nuestra aportación a este mundo, seamos pacientes con nosotros y los demás. Si hay que llorar se llora, si hay que reír se ríe, con responsabilidad, transparencia y sin disculpas por ser quién eres y lo que sientes. ¡Inténtalo!

Sugerencias:

1. Aceptar que las emociones, tienen una razón de ser, lo contrario sería ser autómatas.

2. Reconocer que algo en nuestro interior no está sano o resuelto cuando algo nos molesta (aunque parezca que sea un ataque desde afuera). Aprendamos a estar en contacto con nuestras emociones.

3. Definir cuál es la emoción que se siente.

Hay personas que se sienten enojados, cuando la causa de la emoción es tristeza, o culpa.

4. Practicar algunas técnicas que nos ayuden a gestionar emociones.

Por ejemplo, preguntarse uno mismo qué siento, qué sucedió para llegar a sentirme así.

5. Aprender a vivir el presente.

Retener las lecciones del pasado. Que el futuro sea sólo una orientación hacia dónde vamos y cómo queremos llegar con nuestras presentes acciones.