Cuando estamos situados en momentos de incertidumbre, nos encontramos en una experiencia que nos trae falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente creando inquietud.

Existen tantas variables que no podemos controlar que nos toca andar muy atentos y así evitar caer en el afán de sobreanalizar, o actuar desde el miedo y detenernos por no ver de antemano los resultados. Siempre recordando que el control, solo lo tenemos de nosotros mismos.

Fluir, es precisamente pasar por el proceso, no necesariamente llegar al resultado. Es en el camino donde aprendemos, nos abrimos a conocer personas, y podemos celebrar cada pequeño logro por simple que parezca. Apliquemos inocencia y el acto de fluir, en el afán de trabajar por nuestras metas para que la alegría de simplemente estar vivos y en acción hacia un norte, supere toda preocupación.

Cuando fluimos estamos activamente compartiendo lo que tenemos para dar: tiempo, talento y tesoros. Mientras estamos en acción en colaboración con todo alrededor, arreglando detalles, implementando herramientas que nos favorezcan hacia nuestro desarrollo y escuchando la intuición, estaremos más enfocados en continuar hacia adelante que en las razones de por qué no hacerlo.

Nos merecemos tratarnos bien al mantener la mente flexible hacia los inevitables cambios, y permitir que la seguridad propia y confianza estén sólidas. Así, poco a poco vamos caminando hasta darnos cuenta con el tiempo que estamos viviendo en el presente aquel plan que sentimos una vez que era posible, o uno diferente que nos trae aún mejor bienestar. ¡Intenta fluir!

Sugerencias:

1. Fluye dentro de tu plan, a veces suceden situaciones inesperadas que nos ayudan a dirigirnos mejor.

2. Se sincero(a) contigo mismo siempre.

3. Mantén tu salud física, mental y emocional, saludables y en balance.

4. Cuando estés en acción monitorea tu humor y tu trato hacia la gente.

5. Cultiva pensamientos positivos y de bienestar.

6. Quiérete como quisieras que te quieran.

7. Da lo mejor de ti.