¿Qué pasa cuando no sucede lo que esperábamos? El pasar del tiempo me ha enseñado que, aunque no lo entendamos inmediatamente, lo que sucede es siempre una oportunidad. Sólo hace falta querer mirarla. Por eso, ayudan las pausas, respirar conscientemente, orar y confiar, y en algún momento la respuesta viene, y desde ahí hay que tomar acción.

Así fluctuamos entre expectativas y realidades, alegrándonos de las que se cumplen y desilusionados por las que no, mientras somos invitados a quedarnos en la realidad del presente y ahí, dar lo mejor, tanto en el área personal como en la profesional.

Confundirnos y errar es de humanos y saludable, es parte del proceso de enfrentar los obstáculos en nosotros mismos para, como dicen, “pelar la cebolla” y ascender en el camino hacia nuestra mejor versión.

Día a día, confía en que cuando te quieres a ti tomarás mejores decisiones y las expectativas van desinflándose porque podemos confiar en que el futuro es una extensión de lo que damos, hacemos y somos en el hoy. Cuando nos amamos de verdad, actuamos pensando en todos los involucrados, valoramos los sentimientos de los demás, y cuando fallamos, actuamos valientemente. Amarse a uno mismo no es un acto egoísta. La recompensa está en el esfuerzo no en la meta. Así que seamos aprendices felices, que la vida es una y el momento es ahora. ¡Inténtalo!

Sugerencias:

  • Pregúntate sinceramente si te quieres a ti mismo, abraza la respuesta y comienza a quererte más.
  • Reconoce tus virtudes y limitaciones en honestidad. Trabaja para cambiar las que necesitan evolución.
  • Trabaja con amor tus limitaciones.
  • Revisa tu nivel de paciencia, da lo que te gustaría que te dieran.
  • Observa el nivel de respeto de ti hacia ti y a los demás.
  • Medita en los impulsos, en cómo te afectan y afectan a las personas de alrededor.
  • Busca ayuda para tu evolución personal. Aunque creas que no la necesitas.