¿Por qué es tan difícil?
Metemos la pata para precisamente aprender, obramos desde nuestra versión cómoda para precisamente recordarnos que podemos hacer y dar más.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
PUBLICIDAD
Tengo un buen amigo que al pasar de los meses siempre sacamos tiempo para conversar y como él dice: “Ponernos al día.”
Hablamos de política, de relaciones, de nuestras experiencias, de sueños por cumplir y de su perro que por un tiempo le dio con hablar. La última conversación fue larga, entre risas nos vacilábamos nuestros propios asuntos en el intento de (como dice otra gran amiga de ambos), vivir la trama sin drama.
Y es que de todo y de todos se puede aprender. Los adultos somos todavía esos niños pequeños que comenzando a caminar nos tropezábamos y llorando o no, teníamos que sacudirnos el evento, levantarnos y volver a intentarlo.
Las caídas se seguirían dando hasta que con confianza afianzáramos el caminar. El asunto es que, con el tiempo y los deslices, es posible que olvidemos buscar la sencillez de las cosas, atender lo sutil, y recordar que la vida puede ser un juego, como dice mi amigo según la experiencia que le contara una mujer que conoció en unos de sus viajes.
Metemos la pata para precisamente aprender, obramos desde nuestra versión cómoda para precisamente recordarnos que podemos hacer y dar más. Y así sucesivamente como en un juego, hacemos una mala jugada para la próxima vez hacerlo diferente. La invitación es a mirarlo como nuevo, sin tomarlo todo tan personal, sin culpar a nadie, ni a uno mismo, sin atacarnos, evitando así el sufrimiento y los excesos. Definitivamente un reto de día a día que, si le ponemos frecuente atención, ciertamente se viven los resultados.
El relato que me contó esa noche me dejó pensativa, es increíble como en un segundo todo puede cambiar, la importancia del agradecimiento constante, y no tomar por sentado las cosas, las situaciones y las personas. Me habló de una mujer que tiene una enfermedad no muy común que le prohíbe ingerir azúcares o puede fallecer. De hecho, tuvo un episodio en el que en efecto se fue, perdió la vida por unos minutos. Afortunadamente pudieron salvarla, sin embargo, ella ya no era la misma.
Mientras estuvo sin vida se encontró con esa fuerza inmensa e infinita de amor. Le llamamos Dios, Jesús, el Creador, el Padre, el Señor… y quién sabe cuántos otros nombres. Ella lo vio como una energía que se comunicaba con ella telepáticamente.
La primera pregunta que le hizo al tenerlo de frente fue: ¿Por qué es tan difícil? Él le respondió invitándola a mirar el mundo desde donde estaban. Lo vio como un laberinto, con marcadas rutas. Ella no entendió y volvió a preguntarle, ¿por qué es tan difícil? Él nuevamente le pidió que mirara el mundo mientras le expreso que la vida es un regalo, es una diversión. Cada paso, cada decisión que tomamos estamos dentro del laberinto, moviéndonos.
Como niños cuando corríamos y nos caíamos, aprendíamos a regular la velocidad, el empuje, la intensidad, los movimientos, pero seguíamos corriendo, jugando. Ella está viva y mi amigo no tiene idea lo mucho que me enseñó en esa última conversa.
Hoy todavía medito el tema. ¿Por qué tan difícil? ¿Será porque así lo decidimos? Esta semana juguemos limpio, juguemos alegres, juguemos sinceros, juguemos amables, juguemos aprendices felices, juguemos en paz, en risas y alegría, la vida es definitivamente un gran regalo.
Táyna Rivera Llavona es fundadora de Lo mejor de ti, lleva una década sirviendo a otros en su evolución personal y profesional; hacer transformaciones en sus vidas a través de la práctica seria del life coaching. Es Life Coach (CPC) (CRC) (CBEC), maestra en psicología positiva y maestra de yoga denominada Yoga Siromani en el 2004 en Sivananada Centre, Quebec. Ha llevado con éxito sus talleres y servicios corporativos a Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Puerto Rico. Es autora de las novelas de ficción "14 días de Marisol", "SIETE: Una historia para tu alma" y su más reciente publicación de autoayuda, "Hacia la Victoria". Ofrece talleres a empresas, grupos y servicios individuales en su oficina en Guaynabo y telefónicamente para clientes fuera de Puerto Rico.
Lo mejor de ti con Táyna
Columna de autoconocimiento y evolución personal.