Si no te ayudas no ayudes
Al ayudarnos a nosotros mismos no tenemos idea de cuánto estamos aportando a todos los demás y al universo.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
PUBLICIDAD
Últimamente se me ha hecho más claro que no hay mejor manera de ayudar a los demás y al mundo, que ayudándose uno primero. Son muchas las personas que llegan al Coaching sintiéndose exhaustos, y decepcionados porque la ayuda que le dan a los demás no es valorada, no ven cambios, o no se la agradecen.
Esto me ha llevado a reflexionar en el tipo de relaciones que en general, con el tiempo hemos decidido crear. Si nos parece “normal” juntarnos en el trabajo, vida social o familiar a contarnos los problemas sin hacer cambios, a escuchar unos de otros lo que anda mal, a criticarnos, juzgarnos y opinar sin respeto, tenemos un problema. Piénsalo bien, si la persona que busca nuestro consejo u opinión sinceramente quisiera cambiar, lo haría. Y ya luego de eso podrían compartir conversaciones agradables, risas, aportación de uno al otro positivamente. Sin embargo, se repite entre parejas, familiares y amistades que nos acostumbramos a desahogar nuestros problemas en conversaciones, desaprovechando el tiempo presente para estar felices o compartir la felicidad de estar en compañía.
En nosotros está el poder de transformarnos y así poder vivir la belleza y plenitud que esta vida ofrece. Existe la ayuda profesional para movernos de nuestros problemas, incomodidades o cambios de conductas que debemos hacer, y buscarla es de valientes. Así mismo, el trabajo del cambio lo hace uno, y sabremos que ya no la necesitamos cuando hemos cambiado.
Pero quedarnos en el círculo vicioso de dar consejos, servir, dar dirección, sin primero hacerlo para nosotros mismos, y luego sentirnos mal, es codepencencia. La felicidad de cada cual es la responsabilidad de cada uno.
En vínculos de ayuda profesional, claro que hay consejo y dirección, pero en vínculos de relaciones personales, la historia debe de ser otra. Nadie debe de cargar a nadie, porque pueden caerse los dos. Después de doce años en la práctica de life coaching, yoga, meditación para la evolución personal y en todas las áreas de la vida, es ahora que veo claramente los daños que trae la codependencia y lo acostumbrados que estamos a servir desde ahí.
Al ayudarnos a nosotros mismos no tenemos idea de cuánto estamos aportando a todos los demás y al universo. El cambio y el bienestar comienza en uno. Hazlo primero por ti, y verás cómo impacta beneficiosamente a todos.
Sugerencias:
- Por más difícil que se te haga, no aconsejes si no te lo piden.
- Lo que ves en los demás que no te gusta, trabájalo en ti primero.
- Haz actividades que aporten a tu bienestar consistentemente: Yoga, ejercicios, bicicleta, caminar, clases de arte, música, idiomas, baile, y otros.
- Se tú la prioridad, verás cómo esto ayuda a todos.
- Cuídate de no cargar los problemas de todos sin ver cambios, ni intenciones de buscar ayuda.
- Ámate, no toleres lo que tu intuición te avisa que no debes o no quieres tolerar.
- Cuando estés en grupo o entre familiares haz lo posible por compartir alegría y no problemas.
Táyna Rivera Llavona es fundadora de Lo mejor de ti, lleva una década sirviendo a otros en su evolución personal y profesional; hacer transformaciones en sus vidas a través de la práctica seria del life coaching. Es Life Coach (CPC) (CRC) (CBEC), maestra en psicología positiva y maestra de yoga denominada Yoga Siromani en el 2004 en Sivananada Centre, Quebec. Ha llevado con éxito sus talleres y servicios corporativos a Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Puerto Rico. Es autora de las novelas de ficción "14 días de Marisol", "SIETE: Una historia para tu alma" y su más reciente publicación de autoayuda, "Hacia la Victoria". Ofrece talleres a empresas, grupos y servicios individuales en su oficina en Guaynabo y telefónicamente para clientes fuera de Puerto Rico.
Lo mejor de ti con Táyna
Columna de autoconocimiento y evolución personal.