Si algo tenemos en común todos es que queremos vivir en paz. Estar en equilibrio nos brinda esa calma que añoramos y necesitamos. Para encontrarnos en equilibrio, atender lo que escogemos es fundamental ya que vamos trazando el camino según nuestras decisiones.

Esta semana un padre preocupado por la música que escucha su hija de quince años, me comunicó que no sabía cómo explicarle que escuchar música que contiene violencia, prejuicios, vanidad, y excesos, quiera o no, influía en su mente y eventualmente en sus decisiones. La joven, como muchos otros, expresa que le gusta le ritmo y además “es lo que todo el mundo escucha.” En algún momento del caminar, caemos como presas fáciles hasta dejarnos llevar por lo que la mayoría hace, dice, escucha, lee o ve, sin hacernos preguntas que generen una conversación con uno mismo para encender nuestra brújula y decidir según nuestro propio bienestar.

Decenas de personas entre las edades de dieciocho a treinta años con los que he trabajado se han sentido mal después de decidir por ciertas acciones como: exceso de pornografía, sexo casual sin protección, exceso del consumo de alcohol, de cannabis o recurrentes trasnochadas. ¿Si se sienten mal luego, por qué lo hacen hasta desequilibrarse?

Con esta pregunta llegamos a la verdad de que algunas de las elecciones que hacemos para “pertenecer” no necesariamente son beneficiosas, ni hay que hacerlas. Esto lamentablemente crea gran inseguridad, de sentir que les valoran más cuando hacen lo que han decidido otros como cool o aceptado. Sin dar espacio para ser valorados por quiénes son, aunque no sigan la corriente.

Le pedí a la joven que buscara información sobre los pasatiempos de la juventud que no hace del todo, “lo que todos hacen” a ver con qué se encontraba. Como resultado, despertó hacia una realidad que la invitaba a incluir actividades que le parecieron interesantes, divertidas y constructivas que de igual modo le aportaban a crear un ambiente social, que no la hiciera sentir mal luego de vivirlas.

Si algo tenemos en común todos es que queremos vivir en paz. Estar en equilibrio nos brinda esa calma que añoramos y necesitamos. Para encontrarnos en equilibrio, atender lo que escogemos es fundamental ya que vamos trazando el camino según nuestras decisiones. Escoger es el arma más poderosa que tenemos para desarrollar la calma y la verdadera paz en nosotros. Podría ser un reto cuando estamos cansados, enfermos, muy involucrados en la rutina o preocupados. Pero no nos escapamos de que para crear nuestro balance y compartir el mismo, implica que debemos practicar hábitos que nos acerquen a nuestro mejor estado y bien interior. ¡Inténtalo!

Ejemplos:

  • Practicar la respiración profunda y conscientemente.
  • Practicar deportes, yoga o posturas de balance como el águila y el árbol.
  • Meditar como mínimo10 minutos diarios.
  • Escuchar más que hablar.
  • Elegir conscientemente los lugares para divertirse o hacer actividades.
  • Disfrutar el presente.
  • Cuidar de la salud.
  • Administrar el pensamiento.
  • Confiar.

Sugerencias:

  1. Practica la conversación contigo mismo, pregúntate cómo te sientes y si te sientes en balance.
  2. Practica pensamientos y lenguaje que te hagan sentir en paz.
  3. Haz rutinas simples que te mantengan apreciando el presente como única realidad, como la gratitud constante.
  4. Haz prioridad que tus emociones estén equilibradas.
  5. Observa bien qué decides comer, escuchar, leer, ver, pensar, lugares a dónde ir, personas con quien compartes.
  6. Sé paciente en el proceso.