De las mejores revelaciones y regalos que me ha brindado el trabajo que hago es reconocer que todos estamos en un camino de crecimiento y evolución. Que estamos para ayudarnos, que no nos pertenece con exclusividad lo que aprendo, y que la práctica consciente de mecanismos nos encamina hacia concretar metas y vivir nuestra mejor versión. Cuando escucho, justo antes de quejarme o quejarnos diciendo: es que la gente…. Es porque no nos hemos dado cuenta de que estamos refiriéndonos de alguna manera de nosotros mismos. Nos parecemos en las necesidades, retos, deseos, fortalezas, debilidades, así como en la posibilidad de sentir ansiedad.

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Hace unos días compartí con un grupo en el taller de “Manejo de Ansiedad” y me llevé gran sorpresa, todos reconocían los síntomas, cómo se manifestaba físicamente y la lucha que han tenido para comprenderse y superarse. El tema resultó necesario para todos, y permitió la apertura de cada uno, lo cual ayuda mucho a la sanación y crecimiento personal. ¿Por qué estamos tan ansiosos? ¿Qué nos causa ansiedad? Fue de las primeras preguntas que nos planteamos.

Sobre la ansiedad:

Es un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. ¿Inquietud por qué? ¿Inseguridad por qué?

Son cuestionamientos que cuando me los hice, pude mirarla de frente, abrazarla y lidiar con el tema hasta una solución. La típica incertidumbre nos acecha con la pregunta: ¿Qué va a pasar después? Se despierta la ansiedad y se manifiestan obstáculos.

En estos casos es fundamental que nos permitamos ser responsables de lo que nos sucede, podemos comenzar con ser honestos con nosotros mismos, el enemigo no está afuera, está en cómo pensamos, en qué creemos y en cómo actuamos. Sin temor y con mucha compasión, al mirarnos a nosotros mismos podemos ir reconociendo cuándo estamos pensando en proyección hacia futuro, cuando en el presente podemos hacer lo que sí está en nuestras manos; cuidarnos, hacer el bien, aprender, y emprender reconociendo nuestras fortalezas y debilidades, con amor.

Hagamos un esfuerzo proactivo para evitar la ansiedad, en el presente y sólo en el presente está nuestra oportunidad.

Comparto ejercicios que nos ayudó:

-Fuera de mí, no tengo el control de absolutamente nada.

-Estoy en control de mí mismo, de nada más.

-Cuando estoy atento a mis pensamientos puedo intercambiar uno positivo y constructivo por otro negativo y destructivo evitando así la ansiedad.

-Para salirme del futuro puedo hacer el ejercicio de atender mi presente al 100%.

-El futuro es la extensión del presente, atendamos con conciencia nuestro presente.

Sugerencias:

1. RESPIRA.

2. Mantén tu enfoque en el presente.

3. Al pensar en futuro que sea mientras actúas hacia el mismo y no proyectando escenarios que usualmente son negativos y no suceden.

4. Para mantenerte en el presente, mirar cada objeto que está a nuestro alrededor y mencionarlos en voz alta mientras respiras es excelente ejercicio.

5. Buscar ayuda siempre ayuda.