El cáncer cervical es un crecimiento anormal de células que comienza en el cérvix o cuello uterino. Todas las mujeres tienen riesgo de contraer este tipo de cáncer. El riesgo aumenta en aquellas que fuman, tienen un sistema inmune debilitado, comienzan actividad sexual temprano, han tenido múltiples parejas sexuales o embarazos, o han usado píldoras anticonceptivas por cinco años o más.

En Estados Unidos, 12 mil mujeres contraen cada año cáncer cervical, y cerca 4 mil mueren por esta causa. En Puerto Rico, este es el sexto más comúnmente diagnosticado en las mujeres. Varios estudios evidencian una mayor incidencia de cáncer cervical entre las mujeres en Puerto Rico que en las no hispanas-blancas en los Estados Unidos.

La causa principal del cáncer cervical es la infección con el virus de papiloma humano (VPH). Estudios revelan que, en una muestra poblacional de mujeres en Puerto Rico entre las edades de 16 a 64 años, un 29.4% tenían infección con VPH en el cérvix.

Cerca del 10% de las mujeres que tienen VPH de alto riesgo presentarán infecciones duraderas que implicarán un riesgo de contraer cáncer. A través de pruebas de cernimiento ginecológico y seguimiento médico, el cáncer cervical es el cáncer femenino más fácil de prevenir. Además, es curable, si se detecta y trata a tiempo.

Existe una vacuna aprobada contra el VPH para prevenir la mayoría de las infecciones relacionadas con el cáncer cervical. La vacuna contra el VPH está indicada en una serie de dos dosis, si se usa entre los 9 y 14 años de edad; o tres dosis, si se administra a partir de los 15 años. Adultos entre 27 y 45 años pueden beneficiarse de la vacuna, si su médico la recomienda. La vacunación no es sustituta de los estudios de detección de cáncer cervical. Esta vacuna no protege contra todos los tipos de VPH que pueden provocar el cáncer cervical. Las mujeres vacunadas igualmente deben someterse con regularidad a pruebas de detección como el Papanicolaou.

Los virus del papiloma humano son un grupo de más de 200 virus relacionados. Más de 40 tipos de VPH pueden transmitirse fácilmente por contacto sexual o contacto directo de piel a piel en las membranas mucosas con personas infectadas. Pueden transmitirse por contacto sexual vaginal, anal y oral. Algunos de estos tipos de VPH son responsables de verrugas genitales y de otros tipos de cánceres. Otros tipos de VPH no genitales son responsables de verrugas como las plantares (en la planta de los pies), las cuales no se transmiten sexualmente.

El contagio con VPH es la infección de trasmisión sexual más común en el mundo entero. Cualquier persona que haya sido activa sexualmente alguna vez, puede estar infectada con VPH. La mayoría de las infecciones son totalmente asintomáticas y el mismo cuerpo se encarga de ellas, pero algunas son persistentes y permanecen en el cuerpo por más tiempo. Las infecciones por VPH se consideran de alto o bajo riesgo, dependiendo de cuán relacionado está el tipo de virus con el potencial a desarrollar cáncer.

Cada año ocurren alrededor 14 millones de nuevas infecciones genitales por VPH. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) calculan que más de 90% y de 80%, respectivamente, de hombres y mujeres activos sexualmente serán infectados por al menos un tipo de VPH alguna vez en sus vidas. Casi la mitad de estas infecciones son por un tipo de VPH de alto riesgo.

No hay manera de saber quiénes con VPH presentarán cáncer u otros problemas de salud asociados. Tampoco hay cura para el VPH, pero hay tratamientos para los problemas de salud que pueden causar algunos tipos de VPH, como las verrugas genitales y el cáncer del cuello uterino.

Los CDC han aprobado el uso de una vacuna para prevenir 9 tipos de VPH que se relacionan con el cáncer de cérvix, vagina, vulva, ano, pene y orofaringe y con verrugas genitales. La vacuna contra el VPH puede reducir el riesgo de infección. Su efectividad es mayor, si se administra antes de comenzar la actividad sexual.

En la actualidad, se pueden realizar pruebas de cernimiento ginecológico para detectar la presencia de VPH de alto riesgo en las mujeres. La prueba debe realizarse en conjunto con la prueba de Papanicolaou para la detección temprana de lesiones con potencial cancerígeno. La detección temprana es determinante para la sobrevivencia de las mujeres con cáncer cervical o vaginal-vulvar. No existen pruebas aprobadas para detectar el VPH en el ano, el pene o la boca.

Los condones pueden disminuir la probabilidad de contraer VPH, verrugas genitales o cáncer del cuello uterino, si se usan de la manera adecuada cada vez que se tienen relaciones sexuales. Pero, el VPH puede infectar las áreas que no están cubiertas por el condón, por lo que este no protege totalmente.

Obtén más información a través de la línea informativa 787-789-4008, visitando Las Voces de Rhaiza y Voces Coalición de Vacunación de Puerto Rico en Facebook, o accediendo a Lasvocesderhaiza.com.

La autora es coordinadora de Proyectos Programa Educativo en Vacunación de Adultos VOCES Coalición de Vacunación de Puerto Rico.