Los efectos negativos sobre el medio ambiente que el mal uso del suelo ha ocasionado en Puerto Rico coexisten con una serie de repercusiones para la salud, la seguridad, la economía y la justicia social.

Nuestra historia reciente es la prueba más obvia de cómo la ausencia de una planificación consciente y responsable pone en peligro cualquier intento por un desarrollo sostenible, potencia los daños de los fenómenos meteorológicos, amenaza la vida y nos pone en un estado muy vulnerable ante el cambio climático.

Lo vivimos con el azote de los huracanes Irma y María en 2017 y lo revivimos con el huracán Fiona el año pasado. También lo enfrentamos a causa de crímenes ambientales como, por ejemplo, los que ocurren en la Reserva Nacional de Bahía de Jobos, en Salinas, y en la cueva Las Golondrinas, en Aguadilla, en donde construcciones ilegales en áreas de alto valor ecológico atentan contra el ecosistema y la comunidad.

Considerado desde la protección del medio ambiente, la equidad social y el crecimiento económico, el desarrollo sostenible, al que apuntan las Naciones Unidas (ONU) en su Agenda 2030, procura garantizar ciudades y comunidades accesibles, seguras e inclusivas, en las que la conservación de los recursos naturales y el bienestar socioeconómico coincidan.

Sin embargo, la utilización del suelo que, por décadas, se ha llevado a cabo en Puerto Rico nos confronta con una realidad muy distinta a la que marca el plan de acción de la ONU.

“Una de las amenazas más graves es la forma en la que estamos usando el terreno”, aseguró el director del Programa Graduado en Ciencias Ambientales de la Universidad Ana G. Méndez, recinto de Gurabo, doctor Carlos M. Padín. “El mal uso del terreno va a tener consecuencias como la contaminación ambiental, la escasez del agua, la forma en la que manejamos los desastres naturales y la amenaza a la biodiversidad”, especificó.

Aunque Puerto Rico cuenta con el Plan de Uso de Terrenos aprobado por la Junta de Planificación en 2015, su implementación no ha resultado en una mejor organización territorial y, por el contrario, se han generado políticas perjudiciales como las impulsadas por el Reglamento Conjunto 2020 para la Expedición de Permisos Relacionados al Desarrollo, Uso de Terrenos y Operación de Negocios. Aunque fue declarado nulo por el Tribunal de Apelaciones, la Junta de Planificación y el gobernador Pedro Pierluisi insisten en su vigencia.

Para el doctor Padín, es necesario establecer un plan de uso de terrenos que responda a la realidad puertorriqueña y con la participación ciudadana y el consenso como elementos clave. Afirmó que un país sostenible asegura el balance entre lo social, lo económico y lo ambiental.

“El tema ambiental no impide el desarrollo económico, sino todo lo contrario”, expresó.

De esta manera, el enfoque sostenible, que aplica estrategias para promover una economía saludable, comunidades empoderadas y la conservación del medio ambiente, deberá ser el fundamento de la política pública y los marcos de acción colectiva.

¿A qué se enfrenta Puerto Rico?

A continuación, el doctor Padín detalló otras problemáticas ambientales que urge atender.

Calidad del aire

Datos a nivel mundial colocan a Puerto Rico en los primeros puestos con respecto a la densidad de vehículos por habitante. Acerca del impacto de la total dependencia del automóvil para la transportación y la infraestructura vial, el entrevistado alertó sobre la contaminación del aire.

Las emisiones de gases de efecto invernadero (absorben la radiación infrarroja y atrapan el calor) producidas por el transporte tienen consecuencias en la salud y el bienestar, y son causantes del calentamiento global.

El doctor Padín conversó sobre la necesidad de fomentar el transporte colectivo y hacerlo eficiente. Igualmente, planteó la importancia de desarrollar incentivos económicos para la adquisición de vehículos eléctricos.

Calidad del agua

De acuerdo con el portal Recursos de Agua de Puerto Rico, del ingeniero y consultor en temas de agua y ambiente Ferdinand Quiñones Márquez, el desparramamiento urbano, la cantidad de pozos sépticos domésticos construidos sin cumplir con la reglamentación, las descargas de criaderos de ganado y aves, accidentes e incidentes con las descargas industriales, y los vertederos y los rellenos sanitarios son fuentes de contaminación.

Por su parte, el doctor Padín mencionó el efecto del cambio climático en los eventos meteorológicos extremos. Tanto los períodos de precipitaciones intensas y de sequía presentan una amenaza y un reto. El adecuado manejo de las cuencas hidrográficas y la reforestación deben ser prioridades, así como evitar el desperdicio del agua y reducir su consumo.

Desperdicios sólidos

“Hay que establecer campañas serias sobre el manejo de los desperdicios sólidos y reducir la cantidad [de los mismos]”, puntualizó el entrevistado. De igual forma, apuntó que no se ha alcanzado el objetivo propuesto para este fin.

En 1992 se aprobó la Ley para la Reducción y el Reciclaje de Desperdicios Sólidos en Puerto Rico y en el 2000 se enmendó para extender hasta el 2006 la meta de reducción del volumen de los residuos sólidos depositados en los vertederos en un 35 %. Esto no se logró.

Actualmente, la Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico, de 2019, presenta entre sus objetivos la reducción de los desperdicios sólidos en los vertederos en un 60 % para el 2030.

“El cierre de los vertederos va a continuar; muchos ya han llegado a su vida útil”, comentó el doctor Padín. También señaló que el asunto de los desperdicios sólidos se atiende “de crisis en crisis” y mencionó el caso de la acumulación de los neumáticos que son desechados.

“Todos tenemos una cuota de responsabilidad”, sostuvo Padín, y urgió la acción y la proactividad tanto del Gobierno como de la Legislatura, así como de las instituciones universitarias, las comunidades y los ciudadanos en general.

¿Qué puedes hacer?

El experto indicó algunas acciones que puedes realizar para la protección y la conservación del medio ambiente:

  • Sé prudente con el consumo del agua.
  • Reforesta con árboles adecuados.
  • No adquieras especies exóticas invasoras, ya que representan una amenaza para la biodiversidad, entre otros peligros.
  • Usa la transportación colectiva y planifica tus viajes.
  • Reduce el consumo eléctrico.
  • Utiliza inodoros de bajo consumo.
  • Usa lámparas solares.
  • Trabaja en colectivo para atender las problemáticas de tu comunidad.
  • Exige al Gobierno un buen plan de uso de terreno.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.