Las principales causas de daños en el riñón son la diabetes y la hipertensión arterial, las cuales, si no se atienden a tiempo, pueden provocar un fallo severo en la función vital de los riñones, señaló el nefrólogo Avid Muñiz Rivera, director del Departamento de Nefrología del Hospital Pavia en Santurce.

“La diabetes es la primera causa de enfermedad renal terminal, pacientes cuya función renal está tan deteriorada y severa que requieren tratamiento. Otras causas bien comunes de enfermedad renal son la hipertensión arterial y causas secundarias, como la obstrucción al paso de la orina, que a corto y a largo plazo afectan el funcionamiento de los dos riñones”, explicó el doctor Muñiz Rivera, quien también es parte del Instituto de Nefrología e Hipertensión.

La enfermedad renal crónica es una condición agresiva en la que existe un fallo en la función de los riñones, órganos que tienen la tarea de filtrar las sustancias de desechos a través de la orina. La Fundación Americana del Riñón (AKF, por sus siglas en inglés) detalla que si el daño es muy severo, los riñones pueden parar de trabajar.

A esta situación se le conoce como fallo renal en etapa terminal (ESRD, por sus iniciales en inglés). La AKF estima que más de 37 millones de personas en Estados Unidos están viviendo con enfermedad renal crónica.

La directora ejecutiva de la Fundación Puertorriqueña del Riñón, Ana Laboy Rodríguez, recalcó que el colapso de la función renal trastoca todo el sistema, todos los órganos.

Otras razones que afectan el desenvolvimiento de los riñones son los quistes en estos órganos o condiciones inflamatorias como la glomerulonefritis, inflamación de los pequeños filtros de los riñones. Asimismo, las enfermedades cardiacas o tener algún familiar con fallo renal pueden poner a la persona en riesgo de desarrollar esta condición.

“Existen, también, condiciones genéticas, con historial familiar, como alguna nefritis o un riñón poliquístico que afectan la función renal. Otros de los factores que tienden a afectar mucho al paciente con condición renal son las condiciones de obesidad. Como sabemos, el riñón es el filtro de nuestro cuerpo y si le metemos mucho sodio, mucha grasa, se va exacerbando o deteriorando”, puntualizó Laboy Rodríguez.

El doctor Muñiz Rivera recalcó, por su parte, que los síntomas de la enfermedad renal no se manifiestan hasta la etapa tardía. “Por eso, es bien importante hacer un cernimiento temprano de todos estos pacientes con factores de riesgo”, subrayó.

¿Cómo identificar una enfermedad renal?

Algunos síntomas de que ha habido daño en el riñón son náuseas, problemas para dormir, falta de apetito, fatiga, piel seca y picazón, calambres musculares por la noche y sangrado anormal o hematomas, inflamación de los pies o tobillos e hinchazón alrededor de los ojos.

La única forma de conocer si existe daño renal es haciendo un examen que puede ordenar un médico. Principalmente, se puede examinar a través de la función de la tasa estimada de filtración glomerular (GFR), proceso por el cual los riñones filtran la sangre.

Los riñones saludables sacan los desechos de tu sangre, producto del metabolismo que no tiene en realidad función alguna en el cuerpo, conocidos como creatinina. “Si tienes mucha creatinina en tu sangre, puede ser un signo de que tus riñones están teniendo problemas para filtrar tu sangre”, explicó Muñiz Rivera.

La insuficiencia renal se mide en cinco etapas:

Tasa de filtración glomerular*

Primera etapa

Daño renal (presencia de proteína en la orina y el Grado de Función Renal (GFR) normal - 100-90

Segunda etapa

Disminución leve de función renal - 89-60

Tercera etapa

Disminución moderada defunción renal - 59-30

Cuarta etapa

Disminución grave de GFR, preparación para diálisis o trasplante de riñón - 29-16

Quinta etapa

Insuficiencia Renal Crónica, es necesario diálisis o trasplante de riñón - 15 o menos

*proceso por el cual los riñones filtran la sangre. Fuente: Fundación Puertorriqueña del Riñón (2020)

“Inicialmente, todo paciente, diabético o hipertenso, aún cuando no tenga síntomas de compromiso de funcionamiento (renal), se debe hacer laboratorios iniciales básicos”, enfatizó Muñiz Rivera.

El examen de orina es otra alternativa para verificar si hay sangre o proteínas en la orina, según la AKF. Por último, un doctor podría examinar la presión arterial para verificar cómo está trabajando el corazón para bombear la sangre. Una enfermedad renal puede provocar una presión alta.

“Uno de los factores asociados a la hipertensión, o sea, uno de los factores que contribuyen a que desarrollemos un descontrol de la presión arterial es el alcohol, entre muchas otras causas. (...) La ingesta desmedida de alcohol contribuye a un aumento en la presión que, a la par, contribuye, si no se controla, a un deterioro progresivo del funcionamiento del riñón”, abundó el nefrólogo.

Poniendo en práctica la prevención

  • Controla tu diabetes, en especial, tu nivel de azúcar en la sangre.
  • Mantén un nivel de presión arterial saludable. Una presión arterial regular resulta en menos de 120/80 (120 sobre 80), según la AKF.
  • Sigue una dieta baja en sal y grasa y consume mucha agua.
  • Ejercítate al menos 30 minutos al día.
  • No fumes.
  • Reduce el alcohol.
  • Dale seguimiento a tu salud renal, haciéndote las pruebas de cernimiento y educándote al respecto. Una detección temprana puede evitar que ocurra un fallo renal.

El riñón, como toda pieza, va deteriorándose. En la medida en que somos responsables y tomamos conciencia, ayudamos a nuestro cuerpo a eliminar las toxinas de forma más amigable y saludable, y que no nos comprometa la salud. (...) Si mi pieza está comenzando a presentar algún tipo de deterioro, yo puedo lograr manejarlo con cuidado con mi nefrólogo, con una dieta renal. Yo le puedo prolongar la vida a ese riñón”, profundizó Laboy Rodríguez.