De acuerdo con la organización Pets for the Elderly, las mascotas, sobre todo aquellas rescatadas, proveen compañía a los adultos mayores y, además de brindar ese sentido de bienestar y propósito, también dan un sentido de pertenencia y de compromiso social, al salvar una vida de las calles.

Tomando esto como punto de partida, la doctora Úrsula Aragunde, psicóloga clínica, miembro de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, profesora investigadora en la Universidad Ana G. Méndez y fundadora de la organización https://www.pranimals.org, provee algunas recomendaciones y comenta sobre los beneficios que brindan las mascotas a los adultos mayores en la Guía de Estrategias y Actividades para Adultos Mayores y sus Cuidadores ante el Distanciamiento Social, de dicha organización profesional. A continuación, la información que provee en esta guía:

Estrategias o actividades relacionadas a la interacción con las mascotas

Moeller (2010) señala que personas de edad avanzada que poseen mascotas se muestran con menos quejas médicas y reflejan mejor salud física, emocional y psicológica. Cuidar de una mascota ofrece la oportunidad a las personas de edad avanzada de obtener compañía y contacto social. Además, la tendencia natural de las personas de edad avanzada es mantener un estilo de vida más pausado y sedentario, pero, sin embargo, cuando se inserta un animal en su diario vivir, en este caso una mascota, se muestran mucho más activas (Feng, Dibben, Witham, et al. 2014).

Fields y Kogan (2019), añaden que poseer una mascota ofrece beneficios evidentes, entre ellos: visitas disminuidas al doctor primario, reducción de síntomas de estrés, menores quejas físicas, mayor calidad de vida, menos gastos médicos, oportunidad de socialización, niveles de mortalidad bajan, promueven humor, juego, ejercicios y satisfacen la necesidad de toque y cercanía emocional.

Las siguientes, son algunas recomendaciones de actividades que pueden realizarse con las mascotas en el hogar, para mitigar los efectos emocionales negativos durante períodos de aislamiento social:

  1. Rutina de cuido diario: agua, comida y limpieza de sus espacios. También se pueden bañar y cepillar semanal o mensualmente. En ocasiones, se pueden cocinar galletas o golosinas apropiadas para el tipo de mascota.
  2. Socialización: paseos cortos con la mascota al patio, al buzón del correo, espacios naturales y abiertos, etc. (siempre con correa y chapa de identificación).
  3. Ejercicios de coordinación con la mascota: Realizar circuitos de psicomotricidad (pasar por debajo de una puerta, columpio, subir y bajar escalones, etc.) de acuerdo con la condición física actual que presente el adulto. Imitación de posturas de la mascota: sentado, tumbado y estiramientos.
  4. Enseñar y practicar a dar órdenes gestuales y verbales como, por ejemplo: pedir que se acerque y se siente, que coja un objeto, que salude, que se tumbe, etc.
  5. Ejercicios de relajación junto a la mascota: acostarse y escuchar sus latidos, enfocar y seguir el ritmo de la respiración del animal y sentir la temperatura corporal. Masajear a la mascota.
  6. Ejercicios de estimulación cognitiva: observar y discutir sobre la respuesta del animal a las emociones humanas, pero, sobre todo consigo mismo, escribir una carta de agradecimiento a la mascota, escuchar músicas juntos, pintar/trazar/ilustrar a la mascota.

Fuente: Guía de Estrategias y Actividades para Adultos Mayores y sus Cuidadores ante el Distanciamiento Social, de la Asociación de Psicología de Puerto Rico.