A sus 13 temporadas en la Liga de Baloncesto Superior Nacional (BSN), el armador Filiberto Rivera solo piensa, respira y habla acerca del trabajo en equipo.

Y, por pertenecer al equipo de los Cariduros de Fajardo, el cotizado jugador esperó y esperó hasta que el destino y el interés de Carlos Arroyo en traerlo a la franquicia, logró su cometido.

Desde el inicio de la temporada, se ha visto a un Filiberto desprendido en cuestión de sus minutos y sus intenciones en cancha. No es el armador abridor, pero ha sabido aceptar su rol y venir a juego a traer la energía, rapidez y experiencia que le caracteriza.

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“Sé cuál es mi rol aquí. No vine a pedir 40 minutos, estoy aquí para ayudar a Carlos a ganar juegos. Estamos los dos claros, esa es la mentalidad. Nosotros como veteranos queremos también traducirle a los jóvenes que aquí no hay egoísmo, no hay nada más que no sea ganar. Esa es la prioridad”, aseguró Rivera.