Cleveland. El título que más ansía LeBron James, ese por el que decidió volver a casa, está ahora más cerca que nunca. Los Cavaliers tienen ya su boleto para la final de la NBA.

James anotó 23 puntos, Kyrie Irving volvió tras perderse dos encuentros y Cleveland apabulló el martes 118-88 a los Hawks de Atlanta, para barrerlos en la serie y proclamarse campeones de la Conferencia del Este.

Los Cavs superaron en toda la línea a los Hawks, que fueron el mejor equipo de la conferencia en la temporada regular. Por segunda vez en su historia, Cleveland avanzó a la final de la NBA, en la que se medirá a Golden State o Houston a partir del 4 de junio. Los Warriors lideran la serie por 3-1.

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Será la quinta visita seguida de James a la final. El astro volvió a Cleveland tras cuatro temporadas en el Heat, con la misión de poner fin a una sequía de títulos que padece la ciudad desde 1964.

Los Cavs están a cuatro victorias de la proeza. De conseguirla, James se colocaría en una categoría aparte. Otros jugadores han conquistado más títulos, pero ninguno lo ha obtenido para esta ciudad hambrienta de triunfos deportivos.

"Tenemos todo lo necesario para ganar", destacó James luego que los Cavs recibieron el trofeo de monarcas del Este.

En realidad, el equipo tiene la mira puesta en otro trofeo.

"Cleveland, no nos conformaremos con esto", prometió el dueño Dan Gibert, en su discurso el público.

Jeff Teague anotó 17 unidades y Paul Millsap añadió 16 por Atlanta, que impuso un récord de la franquicia con 60 triunfos en la temporada regular y llegó a la final de conferencia por primera ocasión desde 1970. Pero los Hawks no fueron rival para los Cavs ni encontraron la forma de anular a James, quien casi promedió un "triple doble" en los cuatro duelos.

Por los Hawks, el dominicano Al Horford tuvo una participación de 28:51 minutos, con dos puntos, dos rebotes, cinco asistencias y una falta.

J.R. Smith añadió 18 unidades por Cleveland, mientras que Tristan Thompson contabilizó 16 tantos y 11 rebotes. Los Cavs recibieron nuevas gorras y camisetas conmemorativas del logro. En la cancha, se les unieron sus familiares para celebrar.

Pero a diferencia de 2007, cuando James se lanzó a los brazos del pívot lituano Zydrunas Ilgauskas cuando concluyó el encuentro, el astro mostró más sobriedad.

En el centro de la cancha, miró a Smith y le recordó que hay trabajo por hacer.

"Cuatro triunfos más", recalcó James.