Adiel Figueroa: único sobreviviente de la final 2010 de Patillas, que busca cerrar su ciclo con el título nacional
El relevista aseguró que si los Leones logran el cetro ante los Mulos, cuelga el guante.

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De aquel grupo de 2010, que disputó la primera final de los Leones de Patillas en la Liga de Béisbol Superior Doble A frente a los Cariduros de Fajardo, solo queda una persona en uniforme melenudo.
Su nombre es Adiel Figueroa, quien a sus 35 años se aferra al sueño de darle un primer campeonato a su pueblo y, quizás, despedirse del terreno.
Los Leones atraviesan su segunda serie del baile de coronación en 57 años de la franquicia en la llamada pelota dominguera. Este 2025 se miden a los Mulos, quienes dominan la serie 2-1, previo al choque del sábado en el Estadio Mariano “Nini” Meaux de Juncos.
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“Luego de 15 años se siente extraordinario porque nosotros, o por lo menos yo, hemos pasado muchas situaciones; muchos apoderados, muchos jugadores y demasiados dirigentes”, expresó Figueroa en una conversación con Primera Hora.
El veterano lanzador recuerda con nostalgia y sacrificio el camino recorrido. No solo habla de los años dentro del diamante, sino de las dificultades de afuera. Figueroa atravesó la falta de un parque para entrenar en Patillas, los viajes a distintos puntos para poder practicar luego de jornadas laborales, y el peso de combinar la vida de padre y esposo con la de pelotero.
A escasos duelos para terminar la campaña, Figueroa registra marca de 2-0, una efectividad de 2.96 al lazar 24.1 entradas, permitir 10 carreras y abanicar a 21.
“Es tedioso”, dijo el patillense.
Desde el paso del huracán María, Patillas tuvo que jugar y practicar en distintos parques al rededor de la isla. No fue hasta el pasado 4 de julio que regresaron a su casa, el Estadio Gaspar Cochran, cuando inició el Carnaval de Campeones.
No obstante, para la serie final tuvieron que mudarse al Estadio Francisco “Paquito” Montaner de Ponce, debido a que su facilidad no cuenta con la capacidad para albergar esta fase, aseveró la Federación de Béisbol de Puerto Rico (FBPR).
El golpe, que fue de momento la noticia de que no jugarían la final en su parque, no detuvo los deseos de Figueroa, que con 17 años de trayectoria en la liga -todos con los Leones- defiende con orgullo la camiseta que lo vio crecer.
“Mi pueblo yo lo llevo en el corazón donde quiera que yo me paro. Ahí jugué mis Pequeñas Ligas. Con Dios en el corazón podemos lograr esta hazaña (de quedar campeones). Ellos (los Mulos) se lo merecen, pero nosotros nos lo merecemos más”, aseguró.
Si el título nacional arriba a Patillas por primera vez, el relevista no descartó colgar su guante con la misión cumplida.