El expelotero de los Mets de Nueva York, Carlos Delgado, reconoció hoy lunes que Javier Báez y Francisco Lindor están en su derecho a estar frustrados, cansados de oír abucheos e incluso de poder expresar sus emociones, pero agregó que dirigir sus corajes hacia la fanaticada no es la manera correcta de responder al asunto.

Primera Hora consultó a Delgado sobre este tema un día después que Báez y Lindor hicieran gestos de desaprobación a aplausos de la fanaticada de Nueva York hechos en moda de críticas de parte de los jugadores por los abucheos que han recibido por bajas producciones en la caja de bateo con el uniforme de los Mets. Se le hizo la pregunta a Delgado porque él jugó precisamente con este equipo y conoce bien cómo es la fanaticada en la Gran Manzana.

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“Son situaciones bien delicadas porque hay una emociones y frustraciones. Pero no pienso que la mejor manera es desquitarse con el fanático. Esa es una guerra difícil de ganar, especialmente en Nueva York, que es una fanaticada muy, muy exigente, apasionada”, dijo Delgado.

“No le estoy quitando valor, ni sentimiento, ni siendo incomprensivo a la frustración de los muchachos porque a nadie le gusta que lo abucheen; a mí me abuchearon en Nueva York y sé lo que se siente. Pero quizás tú puedes escoger otras maneras de liberar esa frustración y bregar con la situación. Ahí no llevan las de ganar y esto va a ser una distracción grande para ellos”, agregó Delgado.

Son situaciones bien delicadas porque hay una emociones y frustraciones. Pero no pienso que la mejor manera es desquitarse con el fanático. Esa es una guerra difícil de ganar, especialmente en Nueva York, que es una fanaticada muy, muy exigente, apasionada

-Carlos Delgado

Delgado también expresó sus sentimiento en el 2004, estando activo con los Blue Jays de Toronto. Entonces el aguadillano optó por ponerse de pie para escuchar el himno God Bless América en la séptima entrada de los partidos no por faltar un respeto al tema de la canción sino porque estaba en desacuerdo con el uso de la misma como un apoyo a la intervención militar que tenía Estados Unidos en esos días en Irán y Afganistán, actos de guerra los cuales Delgado no aprobaba.

Delgado añadió que la fanaticada de los Mets seguirá abucheando al equipo si no comienza a ganar juegos con consistencia y a los jugadores si no se desempeñan bien. Aseguró que así continuará la situación aunque los peloteros se disculpen públicamente con la fanaticada.

De hecho, la gerencia de los Mets ha dicho que el acto de Báez, Lindor y otros jugadores estuvo mal y afirmó que la fanaticada merece el respeto completo de sus jugadores aún con sus peores cualidades, como los abucheos. El presidente de los Mets, Sandy Alderson, dijo que la fanaticada está en su derecho a expresar sus frustraciones.

Delgado recomendó que “dar palos” es la mejor manera de cambiar los abucheos por aplausos y apoyo.

“Lo que les deseo es que puedan aprender de ésta, que digan ‘vamos a meter palos’. Esto es parte de la jugada. Si no nos va muy bien, tenemos que aguantar un poco de presión y buscar la manera de seguir mejorando. Creo que esa es la mejor actitud porque en Nueva York esto va a seguir creciendo”, dijo quien dio 100 jonrones en sus tres temporadas completas con los Mets entre el 2006 y 2008.

“Lo mejor que uno puede hacer es decir ‘vamos para arriba. Borrón y cuenta nueva, y a meter palos’. Tiene que ganarte la fanaticada otra vez metiendo palos”, agregó quien estuvo dos veces en la ecuación para el premio Jugador Más Valioso en sus cuatro temporadas con los Mets.

Delgado hizo una anécdota suya que tuvo que ver con Carlos Beltrán y la fanaticada de los Mets en el 2006. Resaltó que ocurrió en el primer día de la temporada, en el primer turno de Beltrán, sin que el juego estuviera en la raya. Beltrán dio un bombo al siore con hombre en segunda y fue abucheado.

Delgado esperaba en el círculo de espera para consumir el primer turno de su carrera con los Mets cuando escuchó el abucheo y dijo: “Diablo. En dónde rayos yo me metí”.

Beltrán terminó ese 2006 con 127 carreras anotadas, 114 impulsadas, 41 cuadrangulares y el Guante de Oro, además del Bate de Plata y la selección al Juego de Estrellas.

Delgado y Beltrán fortalecieron su amistad en Nueva York. Hoy día, Beltrán es padrino de la hija de Delgado.

El primera base y bateador designado dijo a pregunta de Primera Hora que la relación de Báez y Lindor en Nueva York debe crecer también para encontrar un buen apoyo en los momentos malos, como el actual.

“Sé que Javy y Lindor son buenos amigos y se tienen un gran respeto al punto de que cuando se dio el cambio (de Báez a los Mets) Lindor escribió que estaba super emocionado de jugar con Báez y el otro dijo que la única manera en que se movía de siore a segunda era si Lindor estaba en el siore. Ese grupo de apoyo, esa amistad debe usarse para bregar con ese y muchos problemas que van a pasar durante la temporada. Cualquier lesión, problema familiar, hay gente que te puede dar ánimo, que son panas. Espero que así sea y no lo dudo porque son buenos amigos”, dijo.