Emmanuel “Pulpo” Rivera ha estado en todas durante los últimos meses.

El antesalista mayagüezano jugó en la Serie Mundial con los Diamondbacks de Arizona y esta temporada del béisbol invernal vistió los colores de los Indios de Mayagüez, Cangrejeros de Santurce y Criollos de Caguas, con quienes ganó el campeonato de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC).

A cuatro meses de competir en el Clásico de Otoño, Rivera volverá al terreno en un escenario internacional, pero esta vez con el nombre de Puerto Rico en su pecho y en la Serie del Caribe.

Será su quinto clásico caribeño del béisbol, lo que comprueba el compromiso de Rivera con la isla sin importar las competiciones. Una característica que está casi extinta en una era en la que pocos peloteros boricuas de Major League Baseball (MLB) se asoman por la LBPRC.

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Por esta razón, es descrito por el dirigente de los ahora denominados Criollos de Puerto Rico, Yadier Molina, como un “fiebrú“.

“Es un ‘fiebrú'. Ahí (se comprueba) el compromiso que Emmanuel tiene con Puerto Rico porque cualquier otro dice: ‘Vamos a descansar para concentrarnos en las Grandes Ligas’. Pero, ya tú ves que él está aquí apoyando a la isla y a este equipo”, expresó Molina durante la primera práctica de la novena boricua en el Estadio Hiram Bithorn.

“A él le gusta jugar y creo nos va a hacer muy bien. Nos ayudó a lo último en la final y estoy contento que esté aquí con nosotros”, añadió.

Rivera, que el año pasado vio acción en 86 partidos de la MLB con los Diamondbacks, confesó a Primera Hora que su decisión por mantenerse activo durante la temporada baja de las Mayores es a raíz de que simplemente prefiere estar jugando a estar descansando en su hogar.

“A mí me gusta jugar. Yo prefiero estar en un parque de béisbol a estar metido en mi casa. Siempre que tenga la oportunidad de estar aquí y representar a Puerto Rico, al igual que en la liga (invernal), lo voy a hacer”, dijo el antesalista mayagüezano.

Precisamente, Molina cree que esa pasión de Rivera por continuar jugando pelota en Puerto Rico podría inspirar en un futuro a otros peloteros boricuas de Grandes Ligas a brincar el charco y probar el sazón del béisbol invernal boricua.

“Todas las cosas positivas pueden ayudar y eso que hizo este año de venir, de la Serie Mundial a jugar rápido aquí en la isla, es una cosa positiva. El apoyo que la fanaticada le dio también fue algo bien bonito. Yo espero que eso lo vean los jugadores de Major League y lo tomen de experiencia para que vengan a jugar porque la fanaticada se lo merece”, opinó el dirigente.

Pero, Rivera entiende que la razón principal por la que sus compatriotas que juegan en las Mayores optan por no adentrarse en la LBPRC es porque toman la época de invierno para compartir con sus familias en Puerto Rico, algo que para algunos es imposible con una temporada regular de 162 partidos.

“Nadie puede obligarlos a estar aquí. Hay unos que se dedican a entrenar o pasar tiempo con sus familias, ya que en la temporada casi nunca tienen tiempo... La decisión de jugar la toman ellos y uno a veces no sabe las cosas por la que deciden no estar aquí. Y eso se respeta”, concluyó el antesalista de Arizona.