Nueva York. Coco Gauff se sobrepuso a un tibio comienzo y terminó embolsándose su primer título de un torneo del Grand Slam, a los 19 años.

La local superó 2-6, 6-3, 6-2 a la bielorrusa Aryna Sabalenka el sábado para conquistar el Abierto de Estados Unidos, desatando el delirio del público que la alentó de principio a fin.

Gauff, nacida en Florida, es la primera adolescente estadounidense que gana el torneo principal de su país desde que Serena Williams se coronó en 1999. Si la edición pasada del US Open fue una despedida a Williams, quien compitió por última vez, las dos semanas más recientes en Nueva York han sido una gran bienvenida para Gauff.

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Se trata del tipo del triunfo que se esperaba para Gauff desde que irrumpió en el escenario del tenis a los 15 años como la jugadora más joven en clasificarse a Wimbledon en la historia y en avanzar a la cuarta ronda durante su debut en las grandes citas, en 2019.

Llegó a su primera final de un major en el Abierto de Francia del año pasado, pero perdió el encuentro. Ahora, se ha apoderado del trofeo más importante de su incipiente carrera.

Hilvanó su duodécimo triunfo y consiguió la 18va victoria en sus últimos 19 compromisos, desde julio, cuando fue eliminada en la primera ronda de Wimbledon.

Gauff lo logró el sábado, al soportar el poder desplegado por Sabalenka prácticamente en cada raquetazo. Terminó acostumbrándose al bombardeo y a responder un golpe tras otro.

Logró un quiebre en el inicio del tercer set en su primera oportunidad, y persiguió cada bola hasta que disparó una volea que celebró batiendo un puño en el aire y gritando: “¡Vamos!”.

Muy pronto, ese parcial se colocó 4-0 en favor de la estadounidense. En 4-1, Sabalenka solicitó una pausa para recibir masaje en una pierna. Gauff siguió afinada tras la pausa —de unos pocos minutos, no de los 50 requeridos en las semifinales por una protesta contra el cambio climático. Mantuvo el ritmo al practicar algunos saques.

Cuando el duelo se reanudó, Sabalenka logró un quiebre que la colocó arriba por 4-2. Pero Gauff consiguió su propio quiebre de inmediato y muy pronto estuvo sacando para llevarse el triunfo.

Cuando lo aseguró, se dejó caer de espaldas en la cancha. Trepó después al graderío para encontrarse con sus padres y otros allegados, a quienes abrazó.

“¡Lo hiciste!”, le dijo su madre entre lágrimas.