La Federación de Atletismo de Puerto Rico fue promovida a categoría B para efectos de riesgos de dopaje de la Unidad de Integridad Atlética (UIA) de la World Athletics no porque tenga casos sospechosos, sino porque ha elevado su competitividad, informó el presidente de la Federación de Atletismo de Puerto Rico.

La categoría B es la intermedia de tres categorías de riesgos de la UIA. El nivel de riesgo depende de la calidad competitivo de la Federación a nivel internacional o los casos de dopajes confirmados. En el caso de Puerto Rico aplica el criterio competitivo porque ningún atleta suyo aparece actualmente en la larga lista de atletas y federativos suspendidos por dopaje, obstrucción o manipulación de competencias, que son otras área del ‘juego sucio’ que vigila la UIA.

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La promisión aplica para el 2023.

El presidente de la Federación boricua, Luis Dieppa, toma con orgullo la promoción porque dijo que ésta deja entender que sus atletas están escalando competitivamente a nivel internacional y están llamando la atención del atletismo mundial.

Pero al mismo tiempo, Dieppa lo toma como una responsabilidad y un peso que carga la Federación para cumplir con la UIA.

“El éxito viene con un precio”, dijo.

La categoría B reúne el segundo grupo más grande (54) de federaciones nacionales. La categoría más grande (157 federaciones nacionales) es el C, en donde están las federaciones de bajo rendimiento competitivo. Y la menor es el A (7), en donde aparecen las federaciones nacionales con graves problemas de dopaje, como Kenia, Etiopía y algunos países del pasado bloque ruso.

Como campeona olimpica y medallista mundial, Jasmine Camacho-Quinn es monitoreada constantemente por la Unidad de Integridad.
Como campeona olimpica y medallista mundial, Jasmine Camacho-Quinn es monitoreada constantemente por la Unidad de Integridad. (Geert Vanden Wijngaert)

La Federación llevó a nueve atletas al Campeonato Mundial Oregon 2022, en donde consiguió una medalla con Jasmine Camacho Quinn, un cuarto lugar con el decalista Ayden Owens Delerme y una semifinal con Gabby Scott Puig. La fondista Beverly Ramos logró una marca nacional en ese evento.

De hecho, Camacho Quinn y Owens Delerme pertenecen a un grupo de atletas que deben reportar a UIA sus informaciones personales para ser objetos de pruebas de dopaje, dijo Dieppa. Ambos deben someter a UIA direcciones de correo electrónico, de lugar de residencia, de competencia, estudios, número de teléfono, calendario de competencias, entrenamientos y sugerir una ventana de 60 minutos para estar disponibles para una prueba.

La Federación proyecta llegar al Campeonato Mundial Budapest 2023 con nueve atletas. La fondista Ramos es una de las atletas que está al día de hoy clasificada al campeonato.

La UIA fue creada en el 2017 y parece ser un cuerpo agresivo y transparente con el dopaje. De diciembre del 2022 a la actualidad ha reportado con nombre y apellido 22 casos de atletas dopados o federativos acusados de entorpecer los procesos de pruebas o manipulación de competencias.

La Federación boricua está obligada por reglamento a asistir a la UIA en el proceso de dopaje. Tiene una serie de obligaciones con las que debe cumplir. Entre las obligaciones están reportar alguna sospecha de dopaje, cooperar con las investigaciones de la UIA, que la Ley 106 Antidopaje de Puerto Rico coopere con la UIA, adjudicar debidamente casos descubiertos por las federaciones, crear un expediente médico de cada atleta, entre otros tantos.

Dieppa agregó que la promoción llega en el momento adecuado en que el Gobierno de Puerto Rico creó recientemente la Ley 106 de Antidopaje del Deporte Puertorriqueño, que fue presentada por petición del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) y del Departamento de Recreación y Deportes.

La Ley 106 crea la Organización Antidopaje de Puerto Rico para que establezca un programa que proteja la salud de los deportistas y les ofrezca la oportunidad de que persigan la excelencia sin el empleo de sustancias y métodos prohibidos. Es el equivalente a la Comisión de Dopaje que operaba irregularmente en Puerto Rico por los pocos fondos con que contaba y que hacía un muestreo de pruebas para competencias del Copur en el ciclo olímpico.

“Estamos trabajando un plan con la Organización Antidopaje de Puerto Rico para que los atletas que puedan ir al Mundial estén monitoreados al menos dos veces”, dijo Dieppa.

Puerto Rico ha tenido pocos casos de dopaje en el atletismo o de manipulación de competencias, que es otra área del ‘juego sucio’ que vigila la UIA.