El tiempo pasa volando. Y algunas cosas se las lleva el viento, pero otras no. Algunas de esas perduran para siempre.

Tal es el caso de la hazaña que realizó la vallista boricua Jasmine Camacho Quinn el año pasado, exactamente un día como hoy aunque era domingo, cuando ganó la medalla de oro del evento de los 100 metros con vallas de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, los que se celebraron en el 2021 debido a los atrasos por la pandemia del coronavirus.

Ganó la final con tiempo de 12.37 segundos, inferior a su marca en la semifinal, que fue un récord olímpico y fijado en 12.26. La diferencia posiblemente estuvo provocada porque pasó con dificultad la penúltima valla y se vio forzada a cambiar su ritmo rumbo a la décima valla, la que se aseguró de pasar con la suficiente altura para poder cruzar la meta en la primera posición.

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Jasmine Camacho-Quinn triunfa en los 100 metros con vallas y logra para Puerto Rico la primera medalla de oro en los Juegos Olímpicos Tokio 2020.

“Solo quería ganar el oro”, dijo Camacho Quinn tras la carrera.

El oro representó el segundo de Puerto Rico en la historia de su participación olímpica. La tenista Mónica Puig ganó la primera en las Olimpiadas Río 2016, en su caso un 13 de agosto.

La atleta le dio a Puerto Rico una segunda presea dorada.

“La medalla de Jasmine Camacho Quinn la recordamos como el resultado de la perseverancia. Es la sanación de una gran frustración, por no haber tenido un debut deseado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Es el significado del trabajo que se hace desde adentro, usando el amor propio para levantarse de una caída, volver a confiar en ella y representarnos con una inmensa dignidad y humildad”, destaca la presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR), Sara Rosario Vélez, mediante una comunicación oficial en la que celebran el aniversario del triunfo.

Rosario Vélez hizo referencia al debut de Camacho Quinn en el escenario olímpico en Río 2016. En aquella ocasión sufrió una accidente al tropezar con una valla y caer al piso en momentos en que iba dominando su serie semifinal del evento. La caída le costó la frustración de no avanzar a la final que parecía tener asegurada y con ello cinco años de un arduo proceso de levantarse anímicamente para levantarse co el Ave Fénix.

“Viví ambos momentos. Verla levantarse como toda una diosa olímpica en libertad espiritual, física y deportiva fue trascendental en Tokio 2020. Los abrazos en cada uno de esos momentos fueron distintos. Uno fue para celebrar su gloria y el otro para consolarla. Dos momentos que marcan la vida de todos los que estuvimos en un estadio olímpico, con cinco años de diferencia entre cada competencia y de un pueblo entero”.

El triunfo, sin embargo, llegó por un alto costo. Meses después la atleta admitió haber vivido un duro proceso de depresión y alto estrés en ruta a Tokio.

“No lo pude haber logrado sola. Necesitaba el apoyo de mis padres, mi familia, mis coaches y, claro está, mis fanáticos”, dijo Camacho Quinn, quien más recientemente cargó con la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Atletismo.

Y ahora la atleta se prepara la seguir activa este año en la Liga Diamante con aspiraciones de volver a competir el año que viene en el Mundial de Atletismo, en el 2024 en las Olimpiadas en París, y sujeto a probabilidades a ver acción en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023 y en los Juegos Panamericanos Santiago 2023.