El camino de Jaime Espinal en su meta de llegar a unas Olimpiadas, y eventualmente, treparse en un podio, no fue  fácil. 

En el trayecto hubo sudor, entrega y sacrificio. Y justo cuando estuvo bien cerca de llegar a lo más alto en el deporte de lucha, Espinal sacó a relucir lo importante que era para él representar y ser un ejemplo en su país. 

Resulta que en las pasadas Olimpiadas de Londres 2012,  luego de ganar su duelo semifinal en el evento de lucha y horas antes de pelear por el oro, una persona vestido de gabán y con maletín en mano se  acercó a  Espinal  para sobornarlo en pos de perder su combate por la medalla de oro contra Sharif Sharifov,  de Azerbaiyán.

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“Estaba en el camerino, y él se me paró al lado. Me llama y me pone el maletín al lado mío, y lo único que me dijo fue ‘500,000 libras esterlinas’ (cerca de $750,000)”, recordó Espinal en conversación con este diario.

“Me quedé en shock. Dije no y me fui”, agregó el medallista de plata en estilo libre, división de los 84 kg. Espinal le comentó lo sucedido a compañeros de equipo y a su entrenador Pedro Rojas. De hecho, Rojas también  fue ofrecido una fuerte suma de dinero con la misma intención.    

 Eventualmente, Espinal cayó contra Sharifov en la final, y el boricua indicó que lo dio todo para ganar ese combate, el cual perdió de manera justa.

“Desde el principio no iba a aceptar, no había forma. La confusión estaba en qué pasaba si no lo cogía. Mi miedo era que si digo que no, ¿Qué pasa?”, dijo Espinal, preocupado que su negativa fuera a traer consecuencias.

Los grandes valores que tiene Espinal lograron que  no aceptara tal ofrecimiento, lo cual fue reconocido por Richard Carrión, quien en ese momento  le entregó la medalla de plata en la premiación y era miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).

Hace unas semanas, Espinal comentó lo sucedido en un podcast, y sintió que pudo hablar sin problemas del asunto debido a que un luchador hindú, que pasó por la misma situación, denunció lo ocurrido sin que tuviera consecuencias para él.

Espinal sí indicó que la situación no era nueva en el mundo de la lucha y sabía de casos de otros países, pero nunca había pasado por algo similar. Y como toda experiencia nueva en la vida, se llevó una gran lección. 

“Uno tiene que estar firme en las decisiones que uno quiere, en sus metas. Gracias a Dios estaba enfocado en ser un ejemplo y ser vibra positiva. Eso me inspiró a decir que no a esa situación incómoda”, sostuvo Espinal. 

 Desde que ganó aquella presea, Espinal siempre ha buscado la manera de llevar un mensaje positivo a la juventud del país. Y con la situación que vivió, ahora siente que tiene otro que dar para los atletas del  futuro de Puerto Rico. 

“Pienso que deben de respetar hacia su país. Para nosotros es un honor representar al país. Uno tiene que tener valores. La traición es algo bien feo. Hay que ser fuertes y amar lo que hacemos”, destacó Espinal, quien también le quiso llevar un mensaje a los líderes deportivos. 

“A las entidades y/o jefes, que no se presten para eso. No deben jugar con el futuro de los deportistas”, señaló Espinal, quien sabía que en ese momento no podía tirar por la borda el privilegio de representar a su país. 

“Como sé que Dios me puso ahí, yo no iba a ponerme a jugar con algo que Dios me dio. No iba vender la oportunidad que Dios me dio”, concluyó.