A través de la historia del baloncesto masculino, Puerto Rico ha tenido múltiples leyendas que han dejado su huella en el deporte como José “Piculín”, Raymond Dalmau y Carlos Arroyo. Pero el básquet femenino también ha tenido legendarias canasteras que rompieron barreras para que existan hoy día las “12 Guerreras”.

Sin ellas, tal vez Puerto Rico no hubiese contado con jugadoras como Pamela Rosado, Tayra Meléndez, Carla Cortijo, Marie Placido, entre otras que también han aportado a la evolución del deporte.

Una de las míticas canasteras que abrió el paso a las próximas generaciones lo fue María del Carmen “Cuca” Cordóvez, quien recientemente fue inmortalizada en el Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño como parte de la quincuágesima novena exaltación.

Relacionadas

Y a pesar de que dedicó su vida al baloncesto, nunca imaginó que algún día iba a recibir el honor de unirse al Pabellón de la Fama de Puerto Rico.

“Nunca pensé que iba a ser exaltada por mi participación en el deporte. Siempre lo hice por la patria y llevar a un nivel bien alto el nombre de Puerto Rico. Me siento agradecida, honrada y orgullosa de este reconocimiento que yo creo que todo atleta debe aspirar”, dijo Cordóvez a Primera Hora.

“Todo uno lo hace por la patria, sin esperar nada, porque nunca esperamos nada. Sin expectativas lo dimos todo y aquí estamos recibiendo lo que cosechamos en el deporte”, agregó.

“Cuca” dejó un legado intocable en la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) y en el Baloncesto Superior Nacional Femenino (BSNF).

En la LAI, lideró como capitana al Colegio Universitario de Humacao (UPR de Humacao) a cuatro campeonatos consecutivos de forma invicta del 1974 al 1978. Durante esos cuatro años, fue la mejor anotadora y rebotera de la LAI. Como si fuera poco, estableció la marca de anotaciones de la LAI al anotar 86 puntos en un juego.

Cordóvez también hizo historia en el básquet femenino profesional, cuando jugó en el BSNF con las legendarias Rebeldes de Río Piedras, una dinastía que dominó la liga en la década de los 70 al ganar siete títulos en línea. Como capitana de las Rebeldes, fue nombrada en dos ocasiones Jugadora Más Valiosa del BSNF (1978 y 1981).

Pero más allá de ganar cetros, Cordóvez y las Rebeldes lucharon por la igualdad en su deporte, pese a los retos que enfrentaron en el camino. Fue esa lucha por la equidad que ayudó al deporte femenino crecer en Puerto Rico, según la también medallista centroamericana.

“Fue bastante duro, pero la década del 70 fue bien importante para el baloncesto y el deporte femenino en general. Hubo una participación exponencial de mujeres que jugaron sin importar lo que dijeran, porque había mucho machismo. Nos excluían y no teníamos las mismas herramientas para practicar nuestro deporte. Aun así, dábamos lo mejor y abrimos la brecha que yo creo que es lo más importante”, recordó.

En la actualidad, el baloncesto femenino boricua vive su mejor momento. Las “12 Guerreras” clasificaron por primera vez a los Juegos Olímpicos en Tokio 2020, jugaron sus primeras dos Copas del Mundo de la FIBA en 2018 y 2022 y han estado clasificadas entre los mejores 10 equipos del mundo. La también integrante de la primera Selección Nacional de Puerto Rico que compitió en los Juegos Panamericanos (1979) confesó que los históricos logros de las “12 Guerreras” son hazañas que nunca pensó ver en vida.

“Nos sentimos bien orgullosas de que las baloncelistas puertorriqueñas hayan llegado a ese nivel de que ya fuimos a unas Olimpiadas. Yo pensé que no iba a estar viva para verlo, pero de verdad que me llena de orgullo y mucha satisfacción”, sentenció.