En su debut en la Liga de Voleibol Superior Femenino (LVSF), Paulina Prieto Cerame de Las Valencianas de Juncos no ha escatimado para demostrar sus quilates.

Desde la primera semana del torneo, la novata se ubicó en la pelea por el liderato de anotaciones y, según el último boletín de la Federación Puertorriqueña de Voleibol (FPV) Prieto se encuentra en la quinta posición con 136 puntos.

Esta excelente ejecutoria en su primer año en la Liga no era de extrañarse, ya que para esta joven de 23 años, el “Deporte de la Malla Alta” viene integrado en sus genes, cosa que descubrió desde temprana edad.

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“Empecé a jugar a los 7 años en Puerto Rico con el Club de Borinquén Coquí, y también en mi escuela La Piedad. Me motivé porque iba a todos los juegos de mi tío, Rafael Cerame, quien en aquel entonces jugaba Voleibol Superior con los Changos de Naranjito. Esa era la época dorada en la que los Changos ganaron varios campeonatos. Me impresionaba mucho ver jugar a Vitito Rivera. ¡Así me enamoré del voleibol!”, expresó la jugadora.

En su adolescencia, Paulina tuvo que abandonar la Isla y, a los 12 años llegó a Miami, pero se llevó consigo en la maleta el amor por el voleibol. Entonces, continuó buscando desarrollarse en el deporte y conoció a William González, un coach cubano a quien le debe mucho de lo que sabe hoy día.

“Él fue mi coach desde los 12 años. Le debo mucho de lo que he aprendido a él”, confesó la atleta.

Este aprendizaje fue fundamental para el nivel en el que Prieto Cerame jugaría en la Universidad. La opuesto logró hacer el equipo de la Universidad de Penn State y, en su primer año, se ubicaron en la tercera posición de la División Ien la National College Athletic Association (NCAA, por sus siglas en inglés). Al segundo año (2013), Paulina y su equipo lograron el campeonato de la liga colegial. Un semestre después Prieto Cerame decidió mudarse a Texas para jugar con las Longhorns donde también voló alto al lograr dos subcampeonatos (2015 y 2016).

“El que yo haya podido estar en cinco Final Fours y ganar un campeonato es algo que casi nadie ha hecho. Pero, como he estado en unos programas que son bien prestigiosos la mentalidad de llegar a ese nivel es lo único que se espera. Me gustó poder rodearme de gente que pensaba igual que yo. Estar en ese lugar fue una bendición y me trajo otras oportunidades en el voleibol. Allí crecí tanto en el deporte como personalmente”, confesó la valenciana.

Su transición del voleibol colegial al profesional ha sido llevadera, debido a dos factores.

“Creo que al estar aquí con mis dos “roomates” de Estados Unidos, quienes también jugaron en ese alto calibre, me ha ayudado a acoplarme rápido. Además, el haber pasado por un estilo de juego y entrenamientos como los de la NCAA, que son bien difíciles, me ha ayudado a tener disciplina y a acoplarme al juego profesional”, aseguró.

En su primera temporada con las Valencianas de Juncos, Prieto dice estar disfrutando mucho el voleibol local.

 “Vamos creciendo como equipo. Todavía no hemos tenido nuestro mejor juego y eso para mí es algo bueno porque hay espacio para mejorar”, sostuvo.

Obviamente, en esta temporada, tanto Paulina como para el resto de las jugadoras de las Valencianas de Juncos esperan optar por el campeonato.

“Todas queremos ganar el campeonato, todas tenemos nuestras propias motivaciones pero yo definitivamente vine a Puerto Rico a ganar porque sé que lo podemos hacer. No hay de otra”, puntualizó la joven atleta.