“Golpe bajo”. De esa manera reaccionó el reguetonero Don Omar a la pérdida de cinco furgones cargados de suministros para familias del interior de la isla a las que ayuda bajo la iniciativa “Héroes anónimos”, que reúne a 33 voluntarios.

La mercancía de primera necesidad se encontraba, según dijo el propio artista a Telemundo, en alguna parte del aeropuerto Rafael Hernández en Aguadilla, a cuya dirección catalogó de “irresponsable” por no tener constancia de qué ocurrió con vagones.

“Creo que es un poco irresponsable de quien esté a cargo del aeropuerto. Creo que es un poco irresponsable, esperando que no y si es el caso, de las personas que se hayan apropiado de todo esto”, expresó el intérprete.

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William Omar Landrón, nombre verdadero, dijo que entre los productos donados había agua, alimentos y medicamentos para menores de edad y adultos mayores, “personas mayores, personas que están en sus camas, que no se pueden mover, que lamentablemente las circunstancias a lo que los va a llevar si no reciben esto, es a fallecer”.

“Puerto Rico está pasando un momento difícil y yo lo entiendo”, afirmó. “Todos estamos aquí, yo estoy aquí. Yo no tengo agua, yo no tengo luz donde estoy tampoco. Estoy a merced como todo el mundo, pero creo que es injusto de que después de que otras personas hayan puesto su dinero y hayamos confiado en el sistema y en la logística de los aeropuertos en Puerto Rico, hoy en día se estén perdiendo los suministros”, lamentó.

“No esperaba nunca encontrarme con la realidad de que en mi Isla y en mi pueblo en un momento como este, quizás robarnos los unos a los otros sea la opción principal”.

Don Omar, quien ha estado activo colaborando con damnificados desde que pasó el huracán Irma, advirtió que esta semana no podrán ayudar a las familias de la zona central del país, no obstante, continuará.

“Si en realidad hoy en día nuestra isla toma como decisión robarse unos a otros, hemos perdido la humanidad, hemos perdido eso bonito que nos hacía seres humanos. Yo le ruego a Dios que aparezcan los suministros… Mataron el sueño de trabajar, pero no mataron a los trabajadores”.