Tokio. De pie en su estudio, Miwako Sakauchi pinta remolinos en un pedazo de cartón y papel de dibujo usando los cinco colores designados como símbolos de la Olimpiada moderna.

Tituladas “Vórtice”, sus pinturas muestran “la ira, el miedo, la sensación de contradicción y violencia estatal” por los residentes desalojados y los árboles talados para que se pudieran construir enormes estadios olímpicos, dijo la artista. “No puedo pensar en esto como ‘un festival de paz’ en esta situación. Es totalmente absurdo”.

La mayoría de la población japonesa se opone a la celebración de los Juegos Olímpicos en Tokio el próximo mes en una pandemia, según han mostrado las encuestas, incluso a pesar de que el disenso abierto ha sido poco.

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Un medio poco reconocido en el que la gente ha expresado su frustración y miedo por los Juegos Olímpicos ha sido el arte. Camisetas, dibujos y otras obras se han vuelto una forma de protesta por la decisión de albergar los juegos a pesar de las indicaciones médicas y la oposición de la población. Las autoridades han respondido en algunos casos exigiendo que el arte satírico y la mercancía sea removida, y los artistas dicen que sus libertadas están siendo limitadas.

“Lo que puedo hacer en lugar de ir a las protestas es utilizar mi experiencia en arte”, dijo Sakauchi sobre su motivación para crear las pinturas. Nunca había participado en manifestaciones callejeras o incorporado asuntos políticos a su arte abstracto, pero los Juegos Olímpicos de Tokio han sido un punto de inflexión.

El riesgo de infección por el virus pudo haber evitado que los escépticos salieran a las calles a expresar su frustración. A diferencia de Río de Janeiro, donde en 2016 miles marcharon durante semanas contra los Juegos Olímpicos de Verano, las recientes protestas en Japón han atraído a decenas de personas, si acaso.

Sakauchi creó las pinturas tras ser contactada por un grupo de artistas que organizaron una exposición de arte contra los Juegos Olímpicos el verano pasado. Sus obras fueron presentadas en otra exposición en febrero.

La artista japonesa Miwako Sakauchi presenta sus piezas para la exposición "Declaración del final de los Juegos Olímpicos" en Chiba cerca de Tokio.  (Foto AP/Eugene Hoshiko)
La artista japonesa Miwako Sakauchi presenta sus piezas para la exposición "Declaración del final de los Juegos Olímpicos" en Chiba cerca de Tokio. (Foto AP/Eugene Hoshiko) (Eugene Hoshiko)

Kai Koyama, el principal organizador de la muestra, dijo que protestar es su deber profesional, aunque sabe que muchos japoneses dudan en mostrar abiertamente sus opiniones.

“Somos artistas, no existiríamos si no nos expresáramos”, dijo Koyama, de 45 años, a The Associated Press en una entrevista. Más de 20 artistas se han reunido para el proyecto.

Otro artista que se sumó a la exposición antiolímpica es Sachihiro Ochi, de 52 años, trabajador social y médico en una clínica cerca del Estadio Yokohama donde se jugarán partidos olímpicos de béisbol y softbol. Dijo que Tokio y Yokohama, las ciudades más grandes del país, han endurecido sus políticas sobre las personas sin hogar debido a los Juegos Olímpicos. Los espacios públicos, que alguna vez estuvieron abiertos, ahora están cubiertos con conos de colores y obstáculos, señaló.

Ochi ha tratado de ilustrar ese desplazamiento, junto con motivos satíricos, en sus pinturas del maratón y el estadio nacional.

“Hay gente que perdió sus empleos y hogares durante la pandemia”, dijo Ochi.

Algunos creadores de arte antiolímpico dicen que su libertad de expresión ha sido restringida a pesar de que sus sentimientos se alinean con la ceciente desaprobación pública de los juegos.

Antes de la pandemia, el diseñador Susumu Kikutake hizo camisetas conta los Juegos Olímpicos que parodiaban los escándalos de soborno y plagio que rodearon el evento en Tokio. Los comentarios en internet fueron duros y sólo vendió unas 10 camisetas al mes.

Pero ante un reciente aumento del virus y de las preocupaciones de la población, el dueño de la tienda de camisetas P&M en Tokio dijo que la demanda se ha multiplicado. En abril vendió 100 camisetas y en mayo 250.

Kikutake dijo que el incremento refleja el resentimiento público contra un estado prolongado de emergencia implantado por el gobierno.

“Los eventos deportivos de mis hijos y sus viajes escolares han sido cancelados, y nos han obligado a lidiar con esto... pero dicen que ellos sí pueden hacer las Olimpiadas”, dijo Kikutake. “Realmente me irrita que (el primer ministro) no explique por qué están haciendo los juegos, y simplemente siga diciendo que es ‘seguro’”.

El comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio exigió que Kikutake parara la producción de camisetas por preocupaciones de derechos de autor. Él lanzó un nuevo diseño que incluye menos aros olímpicos y la grafía “Okyo” en lugar de Tokyo (Tokio en inglés).

Intentos similares de satirizar los juegos han sido suprimidos por el comité organizador de Tokio 2020, citando violaciones a los derechos de autor. El comité dijo a la AP que proteger la propiedad intelectual es crucial para los patrocinadores olímpicos que han pagado enormes cantidades de dinero a cambio de derechos exclusivos para usar los símbolos de los juegos. El comité rechazó hacer declaraciones sobre casos específicos.

El Club de Corresponsales Extranjeros de Japón retiró de su sitio de internet un dibujo de parodia que usaba el logotipo olímpico de Tokio combinado con elementos del coronavirus después de recibir una demanda de retiro del comité organizador.

Koyama, el organizador de la exposición, planea un tercer evento artístico antiolímpico para finales del próximo mes, cuando está previsto que comience la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.

Pero las galerías están recelosas de exposiciones subversivas como la suya, dijo el artista. Una que accedió a recibirla se retractó luego que activistas de extrema derecha llegaron al espacio con camiones con altavoces para exigir la cancelación de otra muestra que, según ellos, era antipatriótica.

“La libertad de expresión está a punto de extinguirse debido a los Juegos Olímpicos de Tokio”, dijo Koyama. “Nos están sofocando”.