Los abucheos fueron constantes, pero su compostura y su temple se mantuvieron intactos anoche durante la competencia final de Miss Universe Puerto Rico 2019. 

Madison Anderson, quien desfiló en representación de Toa Baja, logró prevalecer más allá de la incomodidad que momentos antes mostraba una parte del público en el Centro de Bellas Artes de San Juan, donde se realizó el evento de la coronación. 

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Sin embargo, este episodio no borra la sonrisa de su rostro, ni su calma, ni su emoción. 

“Es obvio que yo no hablo español perfecto, pero yo hablo con mi corazón, y creo que eso es lo más importante para ser una reina de belleza, y más para representar a Puerto Rico, porque Puerto Rico tiene mucho corazón”, reflexiona durante el encuentro de hoy con Primera Hora, en El San Juan Hotel, en Carolina.

“Siempre recuerdo que soy Madison. No puedo cambiar mi forma de ser”, manifestó pensativa. “Así que la gente que pensaron otra cosa, respetaré eso. Pero seguiré siendo Madison y mi verdad habla mucho, mi corazón, por eso me siento muy feliz y contenta de como yo manejé esa situación”.

Pero lo cierto es que más allá de que el inglés sea su primer idioma, y de haber nacido en Orlando, Florida, la nueva reina tiene claro el orgullo por las raíces boricuas que le vienen con el apellido Berríos, por parte de su madre, Belinda.

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“Mi mami es completamente boricua, puertorriqueña. Así que me siento muy orgullosa de tener Anderson, y también Berríos, porque represento la nueva generación de boricuas”, mencionó. “Ella es de Isabela, pero también tengo familia en otra parte de Puerto Rico”.

Sobre la controversia que prevalece, y que se ha manifestado en las redes sociales, la beldad de cinco pies con siete pulgadas de estatura insistió en su amor por la Isla. 

De hecho, resaltó el espíritu de lucha de los boricuas, y cuánto se identifica con él. “Es un sabor único y más que todo, la cualidad que toda puertorriqueña y puertorriqueños tenemos es que se esfuerza, ese esfuerzo para seguir adelante. Yo creo que yo lo mostré eso ayer en la noche final”.

Durante el momento en que escuchó su nombre como vencedora, además de la típica emoción, varios pensamientos invadieron su mente. “Siempre he pensado que nada es imposible”, puntualizó, además de recordar “mi trabajo, mis sacrificios. Tuve éxito esa noche, así que me siento muy orgullosa de mi proceso, y más que ahora representaré a Puerto Rico, pero también a la diáspora”. 

La soberana de 23 años, además, compartió su complacencia en representar a Toa Baja. “Me gusta todo (del pueblo) porque realmente puedes disfrutar de todo, de la montaña, de la playa, la ciudad, el campo. Pero para mí, yo conecto más con el agua, así que la playa es mi sitio”.

En cuanto a la ejecutoria de la delegada de San Sebastián, Estefanía Soto, quien ocupó el lugar de primera finalista, la reina resaltó su desempeño. “Creo que todas las candidatas tienen su propia luz, y ella lució súper bien. Es una amiga para siempre para mí”.

Ahora su enfoque está en ganar conocimientos y oportunidades que la encaminen a traer la sexta corona a la Isla durante el certamen internacional que se celebrará en diciembre. “Soy bien auténtica. No tengo vergüenza con mi historia. Creo que una reina es una persona que puede ser líder, puede inspirar a otros con tu pasión, disciplina y propósito. Así que creo que sí, que puedo tener la sexta corona para Puerto Rico”, destacó. 

Pero más allá del anhelado resultado, a Madison le hace mucha ilusión intentarlo. “Sé que va a ser una experiencia que va a cambiar mi vida completamente, va a enriquecer mi vida, crecer para ser mejor, un ser humano más sensitivo con los demás”, señaló con ilusión. “Ojalá domine el español perfectamente, con mucha práctica, clases intensivas, y hacer una diferencia para Puerto Rico y ser una voz, no solamente para mi pueblo, sino también para todas las puertorriqueñas que quieren ser una voz, y gritaré que somos puertorriqueñas. Eso es lo más importante”.

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