Si de por sí tener una pareja puede ser una tarea difícil, imagínate cuando a la fórmula se suman las deudas.

Aceptémoslo. No hay nada más frustrante que llegar a final de mes pensando que, luego de ahorrar algunas semanas, al fin podrán  irse de wikén, pero de repente tu media naranja te dice: “eso va a tener que esperar un poco más, tenemos que pagar el carro y el mes pasado no lo hice”.

Y peor aún cuando la disputa surge porque el cheque nisiquiera da para pagar las deudas, gracias a que uno de ustedes tuvo que prestarle dinero a algún familiar o simplemente no acaba de poner al día otros compromisos.

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“Para la mayoría de las parejas, el dinero es un tema de contienda. Algunas veces los desacuerdos son relativamentes suaves, generando solo un poco de tension más que berrinches… No obstante, para muchas otras parejas las disputas financieras representan un problema importante”, aseguran Bethany y Scott Palmer, autores del libro de autoayuda financiera El dinero y la sensibilidad, cómo las parejas pueden ponerse de acuerdo en sus finanzas.

El texto, enfocado en el autoconocimiento de las personalidades financieras, estrategias financieras para enriquecer la relación conyugal e identificación de metas mutuas, entre otros, promete ser una guía “práctica, comprensible y applicable”.

Lo primero es tener claras tus expectativas y conocer las de tu pareja en cuanto al dinero y la forma de gastarlo y hasta obtenerlo. Esta conversación es aconsejable al principio de la relación, antes de formalizarla y convivir o casarse. Pero, igualmente, nunca es tarde para proponerla, sentarse el tiempo necesario, escuchar y establecer metas.

Para lograrlo, es necesario que hablen de manera honesta y contesten algunas preguntas clave: ¿crees que las cuentas se deben repartir o pagarlas entre los dos?, ¿vives conforme a un presupuesto en este momento?, ¿cuáles son tus metas de ingreso?, ¿quieres rentar o comprar casa?, ¿qué te estresa respecto al dinero?, ¿qué tan importante es para ti planificar tu retiro?, entre otras.

Expectativas conflictivas

Antes o después de establecer cómo trabajarán el aspecto financiero a fin de que este no sea un problema o por lo menos minimizar las consecuencias en su relación, ten en cuenta algunas de las expectativas más provocativas, o como definen los autores de texto a las expectativas conflictivas. Estas se pueden identificar mediante simples interrogantes que, según han constadado los Palmer, se repiten de pareja en pareja. Entre estas figuan las siguientes preguntas:

1. ¿Ambos cónyugues van a trabajar? ¿Cuánto dinero va a ganar cada uno?

2. ¿Quién va a pagar las cuentas y llevar los asuntos administrativos?

3. ¿Quién va a tomar las decisiones de compra y qué tanta libertad tiene de gastar el dinero como crea necesario?

4. ¿Debe el hombre ser la principal fuente se ingresos?

5. ¿Vamos a dar regalos grandes, regalos pequeños o no vamos a dar regalos?

6. ¿Vamos a tener una cuenta en común o serán cuentas separadas?

7. ¿Debemos pagar la colegiatura de la universidad de nuestros hij@s?

8. ¿Hasta dónde vamos a ayudar a nuestros padres ancianos?

La mejor manera de trabajar con cada una de las expectativas conflictivas, según explica el libro, estriba  en hablarlas con mucha claridad y en detalle, que ambos tengan la apertura de ver el punto de vista de de cada uno y la capacidad de adaptar sus expectativas por el bien de la relación.