El ronquido a menudo se considera un problema inofensivo en los niños, pero puede ser el signo de una obstrucción más grave de la vía aérea superior, como el síndrome de apnea obstructiva del sueño, una afección que implica períodos repetidos de obstrucción de las vías respiratorias superiores mientras se duerme. Los expertos estiman que el 4% de los niños de entre 2 y 8 años ronca y que el 1% presenta apnea del sueño.

El síndrome de apnea obstructiva del sueño puede causar, más allá de un sueño inquieto, problemas de conducta como agresividad, hiperactividad y un déficit de atención en los estudios como consecuencia de la falta de un descanso reparador, así como retraso en el crecimiento y dificultad respiratoria en casos extremos.

Características en niños

Las principales características que presentan los niños con síndrome de obstrucción de las vías aéreas son la hipertrofia adenoidea y amigdalar, la respiración bucal, la mordida abierta, el arco maxilar estrecho, la altura facial anterior excesiva, la incompetencia labial, la exposición excesiva de incisivos maxilares y una mayor prevalencia de mordida cruzada.

Durante la etapa de crecimiento, este trastorno es causado por una obstrucción naso y/u orofaríngea (parte de la garganta detrás de la cavidad oral) debido a la adenoides y amígdalas hipertróficas (crecimiento de las amígdalas), que son más prominentes durante la infancia, cuando el tamaño del espacio faríngeo aún no está completamente desarrollado.

El tratamiento

Así, este problema relativo a las amígdalas y adenoides puede desaparecer por sí solo con la edad, pero, en casos de infecciones recurrentes, se recomienda la adenotonsilectomía (extirparles quirúrgicamente las amígdalas y adenoides). Este tratamiento logra la normalización de los síntomas respiratorios nocturnos y diurnos. Lo óptimo, sería realizar un tratamiento de ortopedia dentofacial y/o ortopedia funcional de los maxilares complementario a la cirugía.

La ortopedia dentofacial es un tratamiento que consiste en emplear un disyuntor o un expansor que permita agrandar el paladar superior para generar el espacio suficiente. Al ensanchar el maxilar superior, las fosas nasales también se ensanchan y el paso del aire mejora. En algunas ocasiones esto permite al niño o niña respirar igual por la boca y por la nariz.

(Fuente: Dra. Inés Dammert Silva, ortodoncista y especializada en ortopedia funcional)