El colesterol es una sustancia cerosa similar a la grasa que se encuentra en las células del cuerpo y es esencial para el funcionamiento normal del organismo. Sin embargo, cuando los niveles de colesterol en la sangre son demasiado altos, puede volverse peligroso y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.

Conozca las recomendaciones alimentarias para una persona con un diagnóstico de colesterol elevado.

Según Mayo Clinic, “el colesterol alto no tiene síntomas, por lo que es importante realizar pruebas de colesterol periódicas para evaluar los niveles en sangre”.

Los niveles de colesterol se miden en miligramos por decilitro de sangre (mg/dL), y los niveles deseados varían según la edad, el sexo y otros factores de riesgo.

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Un nivel de colesterol total por encima de 200 mg/dL se considera alto, y un nivel de lipoproteína de baja densidad (LDL), conocido como colesterol “malo”, por encima de 100 mg/dL se considera un factor de riesgo para enfermedades cardíacas.

Por otro lado, un nivel de lipoproteína de alta densidad (HDL), conocido como colesterol “bueno”, por debajo de 40 mg/dL en hombres o 50 mg/dL en mujeres se considera bajo.

En ese sentido, la alimentación juega un papel fundamental en el manejo de esta afección.

Algunos alimentos que se recomiendan para mantener el colesterol bajo control incluyen:

-Frutas y verduras: ricas en fibra y antioxidantes, pueden ser de provecho en estos casos.

-Cereales integrales: como avena, arroz integral y quinoa, que son altos en fibra soluble y pueden ayudar a reducir el colesterol ‘malo’.

-Pescado graso: como salmón, trucha y sardinas, que son ricos en ácidos grasos omega-3, conocidos por su efecto cardioprotector.

-Legumbres: como lentejas, garbanzos y frijoles, que son ricos en fibra y proteínas vegetales.

-Frutos secos: como nueces, almendras y pistachos, que son ricos en grasas saludables y pueden ayudar a reducir el LDL.

Por otro lado, existen alimentos que se deben limitar o evitar en una dieta para controlar el colesterol alto, tales como:

-Grasas saturadas: presentes en alimentos de origen animal como carnes grasas, lácteos enteros y piel de aves, así como en aceites tropicales como el aceite de coco y de palma.

-Grasas trans: presentes en alimentos procesados, frituras y productos horneados, que pueden aumentar el colesterol LDL y disminuir el colesterol HDL.

-Carnes procesadas: como salchichas, embutidos y tocino, que son altos en grasas saturadas y sodio.

-Productos lácteos altos en grasa: como quesos cremosos y mantequilla, que son ricos en grasas saturadas y pueden contribuir al aumento del colesterol LDL.

Es importante tener en cuenta que la alimentación es solo una parte del manejo del colesterol, y otros factores como el ejercicio regular, no fumar y mantener un peso saludable también son fundamentales.

En algunos casos, puede ser necesario recurrir a medicamentos recetados por un médico para controlar el colesterol, especialmente si hay factores de riesgo adicionales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la importancia de una alimentación equilibrada y variada, así como la reducción del consumo de grasas saturadas y trans para prevenir enfermedades cardiovasculares, incluyendo el colesterol alto.