Desconexión digital: el reto de 10 días que promete transformar la salud mental y devolver equilibrio a la vida
Cumplir con el desafío puede reducir los efectos secundarios de las redes sociales y mejorar la rutina en la vida diaria.

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Desconectarse de las redes sociales durante 10 días puede parecer un desafío radical, pero es un reto que puede ayudar a mejorar el bienestar emocional, según Healthline Networks.
El portal estadounidense aclara que se trata de un ejercicio de reflexión, en el que se establecen límites con los dispositivos digitales, mientras que a su vez se realizan actividades alternativas que ayudan a cambiar la relación que tiene el ser humano con la tecnología.
De hecho, durante este periodo se recomienda reemplazar el uso de las redes sociales por actividades que nutran el cuerpo y el espíritu como: caminar, leer, escuchar música, practicar yoga o incluso cocinar.
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¿Cuál es el objetivo del desafío de 10 días?
De acuerdo con el portal informativo anteriormente mencionado, se trata de una alternativa simple pero muy efectiva para reducir la dependencia digital.
Además, ayuda a generar una conexión más neutral con el planeta Tierra y los seres humanos, alejándose de la presión que puede llegar a provocar el uso constante de la tecnología.
El sitio anteriormente mencionado aclara que no se trata de satanizar las redes sociales, sino de entender que la desconexión temporal del dispositivo móvil es un acto necesario para alcanzar un mejor equilibrio en la vida.
Con este método, las personas que cuentan con un celular podrán entender cuando las redes influyen de manera positiva o negativa en las decisiones.
¿Por qué realizar este reto de 10 días?
El método de desconexión digital se presenta como una alternativa que ayuda a reducir esos efectos secundarios de las redes sociales, brindando la oportunidad de encontrar un equilibrio más saludable en la vida diaria.
Al momento de separarse durante algunos días del ritmo digital, se puede lograr una recarga en la salud mental, mayor claridad emocional y una mejor presencia en el entorno.
Según la Unicef, el constante uso del dispositivo puede provocar un daño en el comportamiento de las personas, especialmente en la población juvenil.