Muchos atletas profesionales y aficionados empiezan su jornada de entrenamiento a primera hora de la mañana. Científicos de la Universidad Estatal de Ohio realizaron un estudio para analizar las consecuencias de esta conducta en el cuerpo y su recuperación.

Lo primero que encontraron fueron alteraciones en el sueño. Para realizar este análisis, revisaron 27,000 registros de sueños de atletas que realizan ejercicio en varias franjas del día.

Los hombres perdían en promedio 30 minutos de sueño y las mujeres, 20. Esto significa que su calidad de descanso no era la adecuada y el sueño era menos reparador.

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Las personas que tenían sesiones de entrenamiento al día siguiente, solían tener mayores problemas para conciliar el sueño la noche anterior que los que no. Esto se debería a la ansiedad de despertarse temprano.

Para armar la base de datos, la Universidad utilizó los dispositivos Oura Ring, un anillo inteligente que monitoriza el sueño y la actividad física.

El estudio se realizó con 359 atletas del centro educativo, que pertenecen a 15 equipos universitarios de baloncesto, hockey, fútbol americano, natación, entre otras.

La autora principal del artículo, Emaly Vatne y Joshua Hagen, director de la Human Performance Collaborative y coautor de la investigación, señalaron que entrenar a primera hora afecta la calidad del sueño y por ende, el rendimiento en la actividad física.

La recomendación es que, si se programan entrenamientos tempranos, sean conscientes del sacrificio que estos tienen en el sueño de las personas. El descanso adecuado es necesario para la recuperación muscular.

Por esta razón, Emaly Vatne, aconsejó que se retrasen las prácticas tempranas en lo posible y se busque cuidar la salud de los atletas que necesitan un mayor descanso.