En el siglo pasado, durante el tiempo en que se comenzaban a definir las 7,000 cuerdas de terreno que componen el bosque lluvioso, varias familias habitaban todavía sus campos. Entre ellos, se habla de una en particular que tenía su humilde residencia cerca de la vereda que lleva a Charco Azul, justo a pocos pasos del visitado cuerpo de agua.

“Era para la década de los cuarenta o cincuenta”, relata David (su nombre verdadero ha sido cambiado). “Se dice que tenían una hija joven y que, por desgracia, un criminal abusó de ella y la mató”, añade el hombre, quien asegura haber escuchado la historia de antiguos empleados que por décadas laboraron en el bosque, que abarca parte de Cayey, Caguas, San Lorenzo, Patillas y Guayama.

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“Se dice que su alma aparece por ahí, por las noches, como la imagen de la llorona, con su traje blanco, angustiada”, añade, y especifica que si bien visita con frecuencia el área, jamás la ha visto. “Pero muchos aseguran que se aparece, buscando ayuda”, insiste.

Como suele ocurrir con los cuentos de aparecidos de camino y casas “embrujadas” o infectadas, corroborar a nivel científico la veracidad de estas historias resulta difícil, pero la referencia mágica de sus orígenes suele atraer a muchos.

El antropólogo Andrew Álvarez, quien se ha dedicado por años al estudio de estos temas, resalta que “en todos y cada uno de los pueblos (de Puerto Rico) hay una casa embrujada. La tradición oral y el folclor te hablan de un lugar así”, y de aparecidos.

Nuestra isla cuenta con decenas de estas historias, con más de uno que asegura su veracidad y haber sido testigo de tales sustos.

Los huéspedes del antiguo hotel Normandie

La presencia del fantasma de una mujer que camina por los pasillos de lo que fuera un hotel construido en la década del 1930 es una anécdota a la que hacen referencia antiguos empleados. Se cree que se trata del espíritu de una señora que se suicidó en el interior de la estructura que simula una embarcación. “Se dice que se lanzó desde uno de los pisos altos, hacia el área del centro del hotel, algo que presenciaron varios, incluyendo turistas”, aseguró una fuente, que prefirió no ser identificada, y que añadió que en el edificio también se solía hablar de la aparición de un niño.

El fantasma de las huellas

Una de las anécdotas que comparte el antropólogo Andrew Álvarez tiene lugar en las instalaciones de lo que era la Caribbean Petroleum Corp., o Capeco. Se habla de guardias de seguridad que han asegurado escuchar ruidos en un área donde existían unos baños con duchas. “Los guardias de (los turnos) de la noche cuentan que oían que abrían las duchas, y cuando se asomaban, veían la ducha abierta, o estaba cerrada y el área toda mojada con huellas. Pero no había nadie”, relata el antropólogo. “En una de esas ocasiones en la noche, uno de los guardias vio que se prendió la luz allí”, narra, y añade que la persona “llegó al área de las duchas y vio las huellas de pies que se iban marcando, hasta que llegaron a una pared”.

Las ánimas del Castillo de Naguabo

A pesar de su abandono, esta estructura localizada en el Malecón de Naguabo, a orillas del Mar Caribe, todavía proyecta parte de la ostentosidad arquitectónica de su estilo victoriano. Pero algunos compueblanos aseguran que entre sus ruinas habitan espectros que provocan sustos e invitan a dudar sobre la idea de atravesar la deteriorada mansión. “¡Váyanse de aquí!”, fue una de las parafonías grabadas por Álvarez en una de sus investigaciones. Según relata, al escuchar la grabación se distingue una voz masculina. La entidad “nos botó de allí”, menciona. La experiencia tuvo lugar hace cerca de ocho años. Cabe mencionar que parte de la historia de esta antigua residencia se relaciona con la época de plantaciones de azúcar y esclavitud. Tenía túneles que conectaban con el contrabando de licores. Contaba con su propio muelle para la exportación de azúcar.

Los espectros de Casa Betania

Historias de asesinatos y suicidios rondan a esta estructura en ruinas, que originalmente perteneció a la familia alemana Oyster para luego pasar a otros propietarios. Incluso, hasta llegó a convertirse en una casa de retiro de una iglesia. Localizada en una loma entre Arecibo y Hatillo, se dice que fue construida en los años cuarenta. Se habla de voces que se escuchan de seres invisibles, de la presencia de la entidad de una mujer y de la de un niño. Al día de hoy, permanece abandonada y deteriorada.

Las almas del Castillo de San Felipe del Morro

Mucho se ha hablado de experiencias paranormales que tienen lugar en esta fortificación española del siglo XVI. Para los creyentes de estos temas, no son nuevas las historias de fantasmas en un lugar tan antiguo que fue protagonista de batallas y muertes violentas que involucraron soldados españoles, holandeses y franceses. También, piratas y hasta criminales que vivieron parte de su condena en este lugar. Por eso no sorprende que en una de las visitas de la médium síquica estadounidense Vicki Monroe a la fortificación, hace cerca de una década, asegurara ver a decenas de almas que vagaban desde la entrada de la fortificación, hasta sus pasillos y estancias.