Cada diciembre las luces navideñas vuelven a ser protagonistas: en balcones, árboles, fachadas y ventanas. Aunque forman parte del ambiente festivo, también utilizan electricidad y ese consumo puede notarse en la factura si no se controla.

En muchas ocasiones no se tiene en cuenta que estos adornos pueden generar un impacto en el consumo energético, que se resume en un aumento en el valor de la factura. Se debe tener calcular el gasto de las luces navideñas, qué diferencia hay entre luces tradicionales e iluminación LED y qué hábitos permiten disfrutar de la decoración sin incrementar de más el recibo.

¿Cuánta energía consumen las luces de Navidad?

Calcularlo es más fácil de lo que parece. Solo se necesita un dato: la potencia, que aparece en la etiqueta del producto (por ejemplo: 6 W, 7 W, 40 W…).

A partir de ahí, basta con seguir tres pasos muy simples:

1. Multiplicar la potencia por las horas que se mantienen encendidas las luces. Si una guirnalda de 6 W está encendida 8 horas, el resultado es 48 “vatios-hora”.
2. Dividir ese número entre 1,000. Así se convierte a la unidad en la que se cobra la energía: kilovatios-hora (kWh). En el ejemplo: 48 ÷ 1,000 = 0,048 kWh.
3. Multiplicar ese valor por el precio del kWh de tu factura. Ese dato aparece siempre en el recibo o en las condiciones de tu plan energético.

Ejemplo: una guirnalda o cortina de luces de 6 W, encendida 8 horas al día durante 30 días, consume 1,44 kWh en total.

¿Por qué unas luces gastan más energía que otras?

Son las tradicionales, con pequeños focos que producen luz mediante calor. Una serie de 100 bombillos incandescentes puede usar entre 40 y 70 W. Eso significa que, aunque dan buena iluminación, consumen bastante más.

Son la opción más extendida actualmente. Producen luz sin calentarse y con una potencia muy baja.

Una serie de 100 luces LED suele consumir entre 4 y 9 W, lo que representa un ahorro muy grande frente a las incandescentes.

Para una iluminación similar, el LED puede gastar hasta un 90 % menos. Por eso es la alternativa recomendada si quieres decorar muchas horas al día o si utilizas varias tiras al mismo tiempo.

Seis ideas prácticas para reducir el consumo en casa

1. Elegir luces LED: consumen menos, duran más y no se calientan.
2. Revisar la etiqueta energética: buscar productos con clasificación alta (letras cercanas a la A).
3. Controlar los horarios: si tiene tarifa con horas baratas, evita encender la decoración en los periodos más costosos.
4. Usar enchufes o temporizadores inteligentes: estos permiten apagar automáticamente las luces cuando no hay nadie en casa o al irse a dormir.
5. Combinar luces con otros adornos: las decoraciones no luminosas no consumen energía y ayudan a equilibrar el conjunto.
6. Aprovechar la iluminación navideña para apagar otras luces: si el árbol está encendido, quizá no se necesite tener encendida la lámpara de la sala.