Al principio, solo fueron tres panes diarios hechos con una batidora de uso doméstico y el horno de la estufa de su cocina.

Hoy día la cuenta va por 300 diarios en el pequeño sótano que habilitó como taller en la casa de sus padres.

La historia de superación de Marilyn Cabezudo, como tantas otras, está escrita con momentos amargos y de dificultad. Pero ella prefiere contarla con una amplia sonrisa en su rostro, riéndose de las adversidades, enfocándose en el inmenso poder de reinventarse ante la dificultad.

Baby Blue es el nombre que lleva su marca de panes artesanales, los que prepara en un espacio del barrio Rincón en Gurabo, donde se crió. Allí se cuela el aroma de las variedades horneadas que se dividen en pan blanco, pan de coco, de pasas, de canela y el de avena integral con miel.

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Al hablar del origen de su negocio, que nombró inspirada en su fascinación por el color azul aqua, rememora cómo lo que comenzó como una terapia por la depresión posparto por su segundo embarazo, se convirtió en su nueva manera de generar sustento económico para su familia.

“Yo tenía tres trabajos. Uno era como técnica en una compañía de productos de belleza. También trabajaba como estilista y como maestra de estilismo. Pero cuando nace Aarón (en 2013), mi vida cambia por completo. Tenía que dedicar mucho tiempo en el hospital por sus episodios de asma, días y semanas. Eso significaba trabajar mucho menos, hasta que llegó el momento en que la dificultad económica se empezó a notar”, narra la también madre de Kahalil, de 18 años de edad.

Sus episodios de tristeza duraron “cerca de año y medio”, según confiesa. “Me encerré a hacer pan. Eso a mí me relaja”, relata Marilyn, quien aclara que jamás ha tomado un curso de panadería. Su conocimiento lo adquirió de recetas publicadas en Internet.

“Yo me podía acostar a las 3:00 de la mañana todos los días, porque el proceso del pan se puede tardar muchísimo. Y yo, en la minicocinita de casa (en Guaynabo) podía hacer tres panes, pero podía estar seis, siete horas, podía estar desde las 9:00 de la noche hasta las 3:00 y 4:00 de la mañana del otro día, y levantarme al día siguiente a las 6:00 de la mañana para arreglar a los nenes e ir a la escuela, y me levantaba feliz”.

Marilyn no tardó en comenzar a perfeccionar su obra. En el proceso, tomó un taller empresarial para saber cómo implantar su negocio. Además, por un tiempo contó con el apoyo de Ricardo Santiago, propietario de la panadería La Asturiana, en Caguas, quien por unos meses le cedió parte de su cocina para realizar algunas producciones en masa de su propio pan.

“Empecé con pan blanco y pan de coco”. Al explicar el porqué del uso de este fruto, comparte que su mamá acostumbraba tomar agua de coco como parte del tratamiento por una condición médica, pero “botaba lo demás”. Así que Marilyn decidió aprovechar la pulpa, como todavía lo hace hoy día para la preparación de uno de sus panes más solicitados.

“Mis primeras clientas fueron las del beauty”, recuerda. Luego, como parte del taller empresarial al que asistía, tuvo que presentarse en un centro comercial para vender su marca. “Fue un bazar en San Patricio (Plaza). El acuerdo era estar de 9:00 de la mañana hasta las 9:00 de la noche. Pero en menos de tres horas había vendido todos los panes”.

Inspirada en su mamá, quien por orden médica le habían prohibido la ingesta de productos con harina blanca, se concentró en que sus panes fueran libres de “bromato, que puede causar cáncer. La harina no es blanqueada (bleached flour), tampoco tiene mejorante de masa, que se usa para que el pan quede más suave y para que dure más, ni tiene productos genéticamente modificados”, asegura la empresaria, cuyo producto está disponible solo por venta directa o a través de eventos especiales como el Sunday en Isla Verde, que se lleva a cabo cada primer domingo de mes en Carolina.

En sus primeros meses, rebanaba los panes a mano. “Podíamos estar cinco horas con 100 panes, nada más cortándolos”, comparte, además de resaltar el apoyo de su esposo y su familia en el proceso de materializar su proyecto.

Al repasar sus logros, siente la complacencia de ver los frutos de ser disciplinada, persistente y dedicada. “Tú tienes el poder de transformar las cosas de nada a algo súper exitoso, no importa lo que se haga, porque cuando crees en hacer algo que es para bien, que sabes que vas a ser de beneficio y bendición para otros, créeme que eso se va dar. Pero es ponerle el amor y el corazón, toda esa determinación siempre positiva”.

Para conocer más de los panes Baby Blue puedes acceder a Facebook: BabyBlueBread: Artisan Bread o escribir a babybluebread@gmail.com.