La mujer que estaba junto al sospechoso de matar a una familia boricua en Romeoville, Illinois, murió a consecuencia de sus heridas tras accidentarse y ser baleada en Oklahoma, informó NBC Chicago.

Nathaniel Huey Jr., de 31 años y residente de Streamwood, Illinois, y la mujer que se cree que mantenía una relación con él, fueron identificados ayer como “personas de interés” del crimen a tiros de Alberto Rolón, de 38 años; su esposa Zoraida Bartolomei, de 32 años; sus hijos Adriel y Diego, de 10 y 7 años; y sus tres perros.

El suceso en Oklahoma sigue bajo investigación al igual que el posible motivo del asesinato a tiros de Alberto Rolón, su esposa Zoraida Bartolomei y sus hijos Adriel y Diego.
El suceso en Oklahoma sigue bajo investigación al igual que el posible motivo del asesinato a tiros de Alberto Rolón, su esposa Zoraida Bartolomei y sus hijos Adriel y Diego. (Redes sociales)

Huey transitaba en el asiento del conductor de una guagua que la Policía de Romeoville ya había relacionado al crimen. Huey fue hallado con una herida de bala en el interior del vehículo y fue declarado muerto.

Relacionadas

Según el abogado de la mujer, esta falleció en un hospital en Oklahoma luego de ser baleada dentro del vehículo.

Se explicó que durante la mañana del miércoles, la Policía en Catoosa, Oklahoma, identificó la guagua sospechosa a través de la tablilla e intentó detenerla. El conductor se fue a la fuga, pero se estrelló y la guagua se incendió. Cuando los agentes se acercaban al vehículo, se escucharon al menos dos disparos. “Los oficiales en la escena escucharon dos ruidos que se cree que eran disparos”, dijo Chris Burne, subdirector de la Policía en Romeoville.

La familia de la mujer se comunicó el martes con las autoridades para informar que estaba “desaparecida y en peligro”.

“La evidencia nos ha mostrado un nexo entre nuestro sospechoso y las víctimas, así como un posible motivo”, dijo Burne.

El suceso en Oklahoma sigue bajo investigación al igual que el posible motivo del asesinato de la familia.

El crimen consternó a la tranquila comunidad de Romeoville, a donde la familia se había mudado hace unos meses. Los vecinos aseguraron que no escucharon disparos en la residencia de la familia puertorriqueña. Las autoridades entienden que el crimen no fue aleatorio.