Provo, Utah. El joven de 22 años acusado de asesinar a Charlie Kirk tendrá este lunes una vista judicial en la que él y su recién nombrada abogada decidirán si quieren celebrar una audiencia preliminar para que un juez determine si existen suficientes pruebas en su contra para proceder a un juicio.

Los fiscales han acusado a Tyler Robinson de asesinato agravado y anunciaron que buscarán la pena de muerte.

El acto de homenaje para el asesinado activista conservador Charlie Kirk, a quien Trump atribuye un papel fundamental en su victoria electoral de 2024, atrajo a decenas de miles de dolientes.

El sistema judicial de Utah ofrece a los acusados la opción de renunciar a su derecho a una audiencia preliminar y pasar directamente a una lectura de cargos, en la que pueden presentar una declaración de culpabilidad o inocencia.

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Kathryn Nester, la abogada designada para representar a Robinson, se negó a comentar sobre el caso antes de la vista del lunes. La Fiscalía del condado de Utah tampoco respondió a los mensajes de correo electrónico y llamadas telefónicas solicitando comentarios.

La audiencia en Provo será pública y se llevará a cabo a solo unos kilómetros de la Universidad del Valle de Utah (UVU), donde muchos estudiantes aún procesan el trauma del tiroteo del 10 de septiembre y la posterior persecución del sospechoso, que duró más de un día.

Fue un aliado cercano del presidente Donald Trump.

Las autoridades arrestaron a Robinson cuando se entregó junto a sus padres en la oficina del alguacil de su pueblo natal, en el suroeste de Utah, a más de tres horas de distancia del lugar del tiroteo. Desde entonces, los fiscales han revelado mensajes de texto incriminatorios y pruebas de ADN que, según ellos, lo vinculan al asesinato.

Según el fiscal del condado de Utah, Jeff Gray, Robinson dejó una nota a su pareja sentimental antes del ataque, en la que escribió que tenía la oportunidad de matar a una de las voces conservadoras más influyentes del país, “y la voy a aprovechar”. También habría enviado un mensaje de texto en referencia a Kirk: “Ya tuve suficiente de su odio”.

El asesinato de Kirk, un estrecho aliado del expresidente Donald Trump que trabajaba para atraer a los jóvenes hacia el conservadurismo, ha movilizado a los republicanos, quienes han prometido continuar con su misión de empujar la política estadounidense más a la derecha.

Su esposa, Erika Kirk, acompañó el ataúd a bordo de Air Force Two durante el traslado.

Trump declaró a Kirk un “mártir de la libertad” y amenazó con endurecer medidas contra lo que llamó la “izquierda radical”.

Tras su muerte, trabajadores de todo el país han sido sancionados o despedidos por emitir opiniones sobre Kirk, incluidos maestros, empleados públicos y privados, así como figuras mediáticas, entre ellas Jimmy Kimmel, cuyo programa nocturno fue suspendido temporalmente y luego reinstalado por ABC.

Turning Point USA, la organización política fundada por Kirk en Arizona, logró atraer a jóvenes cristianos evangélicos a la política mediante su pódcast, redes sociales y eventos en campus universitarios. En las próximas semanas, líderes republicanos como el gobernador de Utah, Spencer Cox, y el senador Mike Lee participarán en actividades en las que originalmente estaba pautado Kirk, incluyendo un evento en la Universidad Estatal de Utah este martes.