Washington. El Tribunal Supremo de Estados Unidos anuló este viernes la protección constitucional del derecho al aborto, vigente desde 1973, en una decisión histórica que permitirá a cada estado decidir si mantiene o prohíbe este derecho reproductivo.

El fallo que revoca la sentencia Roe vs. Wade, señala que la Constitución “no otorga” este derecho y devuelve la autoridad para poder legislar sobre el aborto a los representantes electos de los estados.

La decisión, impensable hace solo unos años, fue la culminación de décadas de esfuerzos por parte de los opositores al aborto, que fue posible gracias a un lado derecho de la corte que ha sido fortalecido por tres personas designadas por el expresidente Donald Trump.

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El fallo se produjo más de un mes después de la sorprendente filtración de un proyecto de opinión del juez Samuel Alito que indicaba que el tribunal estaba preparado para dar este paso trascendental.

Alito, en la opinión final emitida hoy, escribió que Roe y Planned Parenthood vs. Casey, la decisión de 1992 que reafirmó el derecho al aborto, se equivocaron el día en que se decidieron y deben ser revocadas.

“Sostenemos que Roe y Casey deben ser anulados. La Constitución no hace referencia al aborto, y tal derecho no está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional”, expresó Alito.

La autoridad para regular el aborto recae en los poderes políticos, no en los tribunales, escribió Alito.

Junto a Alito estaban los jueces Clarence Thomas, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett. Los últimos tres jueces son designados por Trump. Thomas votó por primera vez para anular a Roe hace 30 años.

El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, no habría llegado a poner fin al derecho al aborto, señalando que habría defendido la ley de Mississippi en el centro del caso, una prohibición del aborto después de 15 semanas, y no habría dicho nada más.

Los jueces Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan, el ala liberal disminuida de la corte, discreparon. “Con tristeza, por esta Corte, pero más, por los muchos millones de mujeres estadounidenses que hoy han perdido una protección constitucional fundamental, disentimos”, escribieron.

Trece estados, principalmente en el sur y el medio oeste, ya tienen leyes que prohíben el aborto en caso de que se revoque Roe. Otra media docena de estados tienen prohibiciones o prohibiciones casi totales después de las 6 semanas de embarazo.