El escrutinio electoral realizado por la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) fue un procedimiento “altamente irregular”, a juicio del abogado Fermín Arraiza, de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

Arraiza, quien ha tenido un alto perfil en caso civiles, principalmente relacionados a la Reforma de la Policía, fungió como observador del proceso electoral desde el 6 de noviembre. Llegó hasta el Coliseo Roberto Clemente, en Hato Rey, donde la CEE realizaba el proceso de conteo de votos, luego de la trifulca que se formó por el despliegue de un ataúd en el que se simulaba la derrota del candidato del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) en San Juan, Manuel Natal. La situación provocó la activación de la División de Operaciones Tácticas de la Policía, aspecto que la ACLU quería supervisar.

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Sin embargo, Arraiza testificó este jueves, durante la vista a fondo de la demanda que radicó Natal para que se deje sin efecto la elección del voto adelantado en San Juan, que las irregularidades que se iban topando en el camino los hizo inmiscuirse en el proceso electoral. Llegaron a tener seis observadores, quienes fueron autorizados a estar en piso, así como a grabar incidencias que no incluyeran los rostros de los funcionarios.

Señaló que comenzaron a evaluar el proceso electoral cuando “nos dimos cuenta de una serie de irregularidades y atrasos, y surgen controversias que empiezan a aparecer maletines de JAVA (Junta Administrativa de Voto Ausente y Voto Adelantado)”.

Aceptó que en los primeros días como observadores fueron regañados por grabar y tomar fotos de una incidencia, la cual ocurrió antes de haber sido autorizados.

A preguntas de una de las abogadas de Natal, Tamara Sosa Pascual, el abogado de la ACLU afirmó que “las fotos tenían que ver con cajas de material sobrante que habían afuera de las jaulas (bóvedas), sobres, boletas con acuse de recibo, papeletas en blanco, cajas abiertas”.

Dijo que no tocaron las cajas, pero que se podía percibir que era material electoral accesible a cualquier persona.

Comentó, además, que a las dos semanas de haber observado que las papeletas y otro material electoral estaba accesible, las sacaron del lugar. Dijo desconocer a dónde se lo llevaron.

Arraiza también apuntó a que las bóvedas levantadas en el Coliseo no eran seguras. Explicó que no estaban cubiertas hasta el techo o tenían agujeros donde cualquier persona podía tener accesibilidad. Además, dijo que las cámaras de seguridad no cubrían el 100% del área donde se resguardaban los maletines.

“Algunos de mis observadores llegaron a entrar y a grabar dentro de la bóveda sin que nadie los detuviera”, relató Arraiza, quien aceptó que desconocía del proceso electoral hasta que el presidente de la CEE, Francisco Rosado Colomer, lo orientó.

Del mismo modo, el letrado denunció que no era cierto que las personas que entraban a estas bóvedas hacían trabajos al unísono, velando porque se cumpliera el balance electoral. El requisito establece que debe haber, al menos, dos personas de partidos contrarios haciendo alguna labor, como lo es el conteo de votos o la entrada a la bóveda.

“La primera semana veo dos féminas que entran. Asumo están en balance, pero posteriormente se separan. Se ve que están verificando documentación de la que está allí en los sobres y no estaban las dos presentes”, sostuvo.

Otra de las irregularidades detectadas por la ACLU fue que “cuando iban a terminar los trabajos (del día), sacaban maletines y los dejaban en las mesas para el otro día ganar tiempo. La explicación que nos daban es que había seguridad en el Coliseo. Pero, la seguridad en el piso era deficiente”, enfatizó Arraiza.

El abogado estableció que el hecho de que aparecieran 184 maletines con papeletas sin contar de JAVA en medio del proceso del escrutinio fue otra de las irregularidades que observaron en el proceso. Sin embargo, no detalló cómo intervinieron en la controversia.

Las máquinas de escrutinio electrónico no estuvieron exentas de irregularidades, según denunció.

Arraiza dijo que las tarjetas donde se guardaba información electrónica procesada por las máquinas se extraviaban. También mencionó que las máquinas dejaban de funcionar de repente, porque supuestamente “se cansaban”. Aludió a que la instrucción que tenían los representantes de los partidos era pasar las papeletas hasta cuatro veces para que registraran el voto.

El abogado indicó que “en ningún momento” observó personal tratar de corregir ese error de las máquinas.

Estas irregularidades detectadas, según expuso, estarán contenidas en un informe que publicarán próximamente con fotos y vídeos tomados durante el proceso del escrutinio.