Villanueva Velázquez Ortiz llegó desde Dorado a las 4:30 a.m. de este martes al Centro de Convenciones Pedro Rosselló González, en Miramar, con “coraje en el corazón”.

Comenzó a hacer la extensa fila de las personas que buscaban que algún empleado del Departamento del Trabajo le atendiera personalmente y les resolviera los percances que han tenido a la hora de reclamar el desempleo. Hizo el número 221 y su “coraje” seguía presente.

“Tuvimos unos percances en la mañana con uno de los empleados, que a él no le importaba prácticamente los turnos y cómo se corría la fila, porque él decía que él no podía estar a las 2:00 a.m. aquí dando números. Si la organización está de parte del gobierno, tengan aquí a un personal para que atiendan a las personas que estamos viniendo de noche”, relató Velázquez Ortiz a Primera Hora.

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A media mañana, el hombre seguía inconforme. No entendía cómo puede ser justo que lleve semanas reclamando el desempleo y que solo reciba cartas sin el dinero que le corresponde.

“Ahora mismo yo cumplí con todo lo que dice en el desempleo, reclamé las semanas que no trabajé, las semanas que me pagaron por vacaciones y me trancaron el caso. El caso ahora mismo está y no me han dado ni un solo centavo. Me deben como cinco semanas y siguen mandándome cartas, que si te apruebo esto, que no te apruebo aquello. Totalmente, (es) una desorganización. No tienen ningún tipo de norte en la agencia… Ya nosotros estamos cansados”, sentenció.

La inconformidad que expresó Velázquez Ortiz, quien tuvo una cesantía temporal de una agencia federal, se repetía entre las personas que desde anoche o tempranas horas de la madrugada se conglomeraron en el Centro de Convenciones a intentar conseguir uno de los 300 turnos diarios que reparte de la agencia para ser atendidos personalmente. Hablaban de desorganización en todo el proceso para conceder el desempleo; que los múltiples reclamos que han realizado por correo electrónico, cartas o la fila del servicarro no habían sido atendidos, así como un trato supuestamente desconsiderado de parte del Departamento del Trabajo.

Con 79 años, Dominga Ortiz Sierra llegó a las 3:00 a.m. desde Guaynabo a reclamar su dinero de desempleo. Salió a las 9:30 a.m. “cansada y hambrienta”, sin tener que esperar a que llamaran al número 174 que logró hacer. Contó que tuvo suerte de salir temprano, porque la pasaron a la fila de envejecientes.

“Lo que pasa es que yo tengo 79 años, y yo soy persona mayor ya y me atendieron. Pero yo estoy aquí desde las 3:00 a.m., mamita, y no me he desayunado, no he tomado pastillas, no he tomado nada. Voy ahora a esperar a mi esposo, para que mi esposo me compre desayuno”, dijo cuando salía del Centro de Convenciones.

Aun así, Ortiz Sierra no cree justo que tenga que hacer estos sacrificios para intentar que le paguen lo que le deben de desempleo desde febrero pasado, cuando fue cesanteada de la empresa de hacer uniformes en la que laboraba.

“¿Tú sabes lo que es que desde febrero no me pagaban? Mando papeles, los mando por correo, los eché en el buzón (del servicarro)… Yo: ‘mira, nena, qué pasa que no me pagan los chavos. Yo no puedo estar metía aquí’”, alega que le reclamó a la trabajadora del Departamento del Trabajo que la atendió. Salió con la promesa de que pronto recibiría una respuesta.

Siguen los problemas con el desempleo

Dentro del Centro de Convenciones, el Departamento del Trabajo limitó la movilidad de Primera Hora. El director de prensa de la agencia, Javier Villa, explicó a este diario que los empleados de la agencia solicitaron que la prensa no entrara a la zona de atención, luego de que ayer, lunes, se suscitara un conato de motín.

El funcionario señaló que algunos desempleados “entendían que no se les estaba, a lo mejor, atendiendo de la forma que ellos entienden que era la correcta, que había personas que, a lo mejor, habían llegado después de ellos y se les estaba atendiendo antes. Y, sí, hubo una situación de dos o tres personas que alzaron su voz y se caldearon los ánimos un poquito y, pues, sí, se tuvo que manejar esa situación. Se les explicó que a todos se les iba a atender. Así se hizo. Se atendió a todas las personas que entraron y que tuvieron turnos durante el día de ayer, se les atendió y se les resolvió las situaciones en las mayorías de los casos. En los que no se les pudo resolver en el momento, pues, se les indicó que se les va a estar llamando y comunicando, porque son situaciones que a lo mejor requiere que nos comuniquemos con el patrono”.

Comentó que esta atención personal que se da en el Centro de Convenciones no es para resolver los casos al momento, sino para atender aquellas personas que no tienen vehículo para poder someter sus papeles por los servicarros que se establecieron para atender a los 40,000 boricuas que tienen problemas en la reclamación del desempleo. No aclaró si era cierto que entre tres a seis personas atendían a las personas que consiguieron alguno de los 300 turnos, como denunciaban los desempleados.

Sin embargo, Villa informó que, ante tan alto número de personas que presentan el llamado “punto controvertible”, la agencia comenzó a conceder citas para atención telefónica a través de la página cibernética turnospr.com.

“Las citas la estamos generando nosotros. Nosotros nos comunicamos, le enviamos un email o un mensaje de texto a la persona indicando un turno específico, a una hora específica, para poder manejar el caso, porque la información nosotros la tenemos. Se está trabajando inicialmente de forma telefónica, una cita telefónica. La persona va a ser llamada, se le va a explicar el caso, se le va a indicar el documento que tiene que tener. La persona, si lo tiene, se le puede corregir en el momento, sino se coordina una cita posterior para poder trabajar el asunto”, explicó el portavoz, al adelantar que en un futuro los turnos para la atención en el Centro de Convenciones se darían por este sistema.

Por otro lado, Villa tuvo una larga excusa para explicar la no disposición de la secretaria del Trabajo, Briseida Torres, para atender a la prensa sobre las múltiples controversias y quejas que se tienen con la atención al desempleado. Ahora en la tarde, trascendió que la funcionaria renunció.

“Ella sí está disponible, ha estado hablando con diferentes medios y les ha atendido en diferentes ocasiones en el pasado. En estos últimos días, a la verdad es que la carga de trabajo, para que ustedes estén conscientes, es muy alta, porque se está trabajando con esta operación que tenemos aquí en el Centro de Convenciones, que como te digo incluye los 300 que estamos atendiendo a pie, los 2,000 o 3,000 que estamos atendiendo por vehículo más los documentos que estamos manejando acá en el Centro de Convenciones. O sea, yo te diría que son cerca de 4,000 situaciones diarias que se está atendiendo con una persona, que es un personal realmente limitado, porque no tenemos a todo el personal aquí, porque tenemos personal en las oficinas locales, tenemos personal que está trabajando de forma remota. Es una operación gigantesca que requiere en muchas ocasiones que ella está en otras circunstancias manejando otros asuntos”, fue lo que dijo.

De paso, el funcionario aceptó que ya mañana, miércoles, no operarán los servicarros localizados en Caguas y Manatí. El de Mayagüez, entretanto, dejó de operar el viernes pasado.

“Sabemos que quedan todavía muchas personas que no están recibiendo el desempleo y que no se les ha emitido esos pagos y precisamente para ellos estamos trabajando estos asuntos”, alegó Villa, al comentar que intentan llegar a acuerdos con más municipios para establecer más servicarros.

Hasta el presente, unas 265,000 reciben el pago del seguro de desempleo regular y el concedido por causa de la pandemia del coronavirus.

“Tenemos 40,000 situaciones con puntos controvertibles que se están tratando de resolver”, informó.

La mayoría de las personas tienen percances en recibir el desempleo, porque sus patronos les han pagado las vacaciones acumuladas. De este grupo, según el funcionario, hay 16,000 personas.

Alta presencia policial

El Centro de Convenciones lucía este miércoles lleno de policías. Hasta en el final de la fila, había cuatro agentes evitando que personas que se quedaron sin número insistieran en ser atendidos.

El comandante de San Juan, José Juan García, dirigía personalmente todo el operativo.

“Hay unas personas afuera que todavía insisten en esperar. Ellos, (los empleados del Departamento del Trabajo), le informaron que no van a ser atendidas en el día de hoy, pero estas personas permanecen en el área. Hasta ahora, están tranquilas y en completo orden”, comentó.

El joven tenía el número 300, Kedwin Collazo Vélez, explicó por qué las personas que se quedaron sin número permanecían en la zona a media mañana. Dijo que todos esperaban el golpe de suerte que tuvo cuando la persona que durante la madrugada logró hacer el 300 decidió irse y le cedió el número.

El joven llegó desde Hatillo a las 6:00 a.m. con la esperanza de que alguien le explique por qué no puede ser beneficiario del desempleo, cuando lo despidieron de una empresa de telefonía e internet.

“(Es) una desorganización, malísima. Tienen que buscar el personal capacitado, profesional, para ayudarnos a todos”, reclamó.