Dorado le da el último adiós a su alcalde, Carlos López
“No busquen sustituto en Carlitos. Nadie va a calzar los zapatos de Carlitos López”, aseguró Aníbal José Torres.
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Las últimas palabras de consuelo al pueblo Dorado, ante el fallecimiento de su alcalde Carlos “Carlitos” López Rivera, las ofreció este martes quien se espera sea su sustituto, el administrador de la ciudad y exsecretario del Partido Popular Democrático (PPD), Aníbal José Torres.
Lo hizo ante cientos de doradeños, líderes religiosos y el presidente de la Pava, Pablo José Hernández, quienes se congregaron en el cementerio municipal para realizar el sepelio.
“¡Qué momento difícil! No lo esperábamos tan rápido. La tarea que tenemos por delante es un reto bien fuerte", sentenció.
Dijo que López Rivera “nos deja, pero no se va del todo, porque hay hombres cuya obra no permite olvido”.
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Torres habló de cómo era López Rivera. Señaló que no era una persona “breve”. Expuso que este “fue ante todo un hombre de acción y palabra. Fue el alcalde que nunca dejó de ser vecino, que hablaba claro, que miraba de frente y decía lo que pensaba sin rodeos”.
Aseguró que cada rincón de Dorado tiene la huella de López Rivera, con obras y progreso.
De paso, aseguró que ni en sus último días López Rivera quiso despegarse de servir a su pueblo para dedicarse a su salud. Recordó cómo le gritó a su viuda Edith Hunt y a él, cuando le solicitaban que se dedicara a su salud.
“Déjenme vivir. Esto es lo que me da vida”, sostuvo sobre las palabras que le escuchó decir.
Torres aprovechó para agradecer a todos los empleados públicos por el servicio que han dado, especialmente en estos días difíciles.
“Sé que ustedes seguirán trabajando con la misma pasión, porque ahora tenemos una nueva misión, defender su obra”, les indicó.
“Hoy nos despedimos de Carlitos con la promesa de soñar en grande... Carlitos no será reemplazado. No busquen sustituto en Carlitos. Nadie va a calzar los zapatos de Carlitos López. Su figura es única, pero su visión, su causa, seguirán vivos”, manifestó Torres, quien al final de su mensaje se ahogó en lágrimas.
“Aquí quedamos los tuyos, los que te aprendimos a amar”, concluyó.
También habló durante estos actos de despedida uno de los hermanos del alcalde, Hugo López Rivera. Este describió a su hermano como un “pitirre”.
“Carlitos es el pitirre, que no hay guaraguao que se quiera posar en su pueblo a tratar de hacer lo que no se puede hacer en su pueblo. Carlitos, como el pitirre defendía a sus polluelos. Ese es Carlitos. Carlitos es como el roble, mejor lo parten, pero no lo doblan. Como la Ceiba, que el huracán le da, los vientos le dan, pero está ahí. Ese es Carlitos. Carlitos es como el josco... Él era padrote de nación y corazón. Ese es Carlitos”, manifestó.
Hizo que pusieran la canción “El gallo pinto”, de Andrés Jiménez. Dijo que su hermano siempre se le dedicaba, pero hoy tal letra se escuchaba en honor al fenecido alcalde.
La canción expone que “cuando otro lo amenaza, yo voy a mi gallo pinto”.
“Sean como el josco, como la ceiba y el roble, como el gallo pinto”, clamó el hermano del alcalde a los doradeños.
Los actos del sepelio los inició el pastor Benjamín Sánchez, de la Iglesia Casa de Bendición. Este hizo una anécdota de lo ocurrido ante la devastación dejada por el huracán María. Entonces, dijo: “Cuando un líder en los momentos difíciles se agarra de la fe, todo es posible”. Comentó que esta fe llevó al alcalde a cumplir muchos deseos a favor de su pueblo.
El féretro fue el centro de la actividad. De este se distinguía la bandera de Dorado y un arreglo floral con el logo del PPD.
López Rivera falleció el pasado viernes en la madrugada por cáncer en el hígado. El padecimiento de esta enfermedad la anunció el pasado 12 de mayo.
Fue alcalde de Dorado por 38 años. Se dedicó a promover el desarrollo turístico, social, deportivo y cultural.
En el último de los actos en su honor, también habló el sacerdote José A. Rodríguez.
“Dorado tiene una deuda muy grande con Carlitos y cada uno de nosotros debemos de unirnos, como decía su querido hermano, para continuar la obra que Dios ha destinado para Dorado. ¿Cómo llamaba Carlitos a Dorado?“, afirmó. De inmediato, la gente respondió “Paraíso de Puerto Rico”.
Con el sepelio, terminó un largo día en honor a López Rivera, que incluyó un acto de recordación, una procesión y un acto ecuménico en el Santuario Cristo de la Reconciliación.