“Puerto Rico siempre va a estar en riesgo”.

De esta manera se refirió el experto en geopolítica y profesor de la Universidad del Sagrado Corazón, José Rivera, al referirse a la posibilidad de un ataque en territorio puertorriqueño, en medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Venezuela que han motivado un aumento de la presencia militar estadounidense en la Isla.

Sus declaraciones surgen luego de que la gobernadora, Jenniffer González Colón confirmara que la administración de Donald J. Trump, a través de su cuerpo de Marines, realizaba ejercicios militares en la zona sur de la Isla, como parte de su despliegue.

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Desde su regreso al poder, el presidente Trump apostó por una guerra contra las sustancias controladas, llamando al Ejército de Estados Unidos a combatir los carteles de droga extranjeros. Específicamente en agosto, ordenó al Pentágono utilizar sus fuerzas armadas para detener el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.

Desde entonces, se han anunciado medidas como la imposición de aranceles a México —que luego fueron eliminados— para presionar al gobierno de Claudia Sheinbaum a que combatiera con mayor firmeza el tráfico de fentanilo.

Más recientemente, el gobierno de Estados Unidos aumentó a $50 millones la recompensa por la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, alegando que es un narcotraficante que coordina el envío de drogas desde Caracas hasta Estados Unidos. Posteriormente, se movilizó una flota de barcos militares estadounidenses cerca de la costa venezolana.

A esa movilización le siguió una nueva del Cuerpo de Marines hacia la zona sur de Puerto Rico, desde el pasado 31 de agosto cuando comenzaron entrenamientos anfibios y vuelos tácticos desde esa región de la Isla.

“El hecho que vemos es que, simple y sencillamente, hay una política exterior de los Estados Unidos que se está materializando con relación a sus vecinos en la región de Latinoamérica, Centroamérica y el Caribe. Y es lo que llamamos la diplomacia cañonera. No necesariamente se está buscando invadir, pero sí se busca, a través de la presencia del contingente naval y expedicionario de los Estados Unidos, presionar para que el gobierno de Venezuela, y por extensión los gobiernos de Colombia y de Centroamérica, actúen para tratar de atajar el tráfico de drogas”, explicó el profesor Rivera en entrevista telefónica con Primera Hora.

El historiador, no obstante, opinó que la operación estadounidense parece más bien un “espectáculo sin mucha sustancia” para avivar las huestes republicanas porque la gran mayoría del tráfico de droga que sale de Colombia se hace a través del área del Pacífico, donde no hay movilización militar.

“De nuevo, mucha de droga que sale de ahí se va por el Pacífico. Muy poca sale de la otra región. No obstante, esa es la manera en que los Estados Unidos pretende articular su política antidroga. Los resultados están por verse”, sentenció también, al recordar que normalmente estas operaciones no las hace la Marina estadounidense, sino la Guardia Costera de los Estados Unidos.

El rol de Puerto Rico

La confirmación de los ejercicios militares realizados en Puerto Rico, junto con la presencia de barcos y helicópteros militares en diferentes comunidades, ha avivado el debate en redes sociales sobre el rol que juega la Isla en medio de las tensiones con Venezuela.

En redes se leen comentarios en apoyo a la reapertura de bases militares en Puerto Rico como Roosevelt Roads, y otros en contra.

Para el experto, desde los años 90 —cuando comenzaron a deteriorarse las relaciones entre Washington D. C. y Caracas tras la llegada al poder de Hugo Chávez— Puerto Rico ha desempeñado el mismo papel que hoy: el de ser un territorio de planificación táctica con miras a movimientos futuros que no tiene mucha inherencia en el asunto debido a nuestra situación política.

“Nosotros jugamos un papel como territorio. Es decir... un uso táctico, técnico, territorial. Nos usaron como punta de lanza, como portaviones, si se quiere, o como base de operaciones para lanzar cualquier tipo de gestión o de operación dentro del Caribe, no solamente en Venezuela”, abundó.

“En virtud de nuestra relación subordinada con los Estados Unidos, nosotros no tenemos ningún tipo de agencia o gestión o capacidad de objetar cualquier movida de parte de los Estados Unidos que hiciera desde Puerto Rico”, dijo Rivera.

El profesor también enfatizó que Puerto Rico, como territorio utilizado por Estados Unidos para ejercicios militares y planificación estratégica, nunca ha estado exento de un posible ataque, aunque considera poco probable un escenario bélico en el contexto actual con Venezuela.

“Puerto Rico siempre va a estar en riesgo. Durante la Primera Guerra Mundial y, especialmente, durante la Segunda, ¿por qué? Porque había submarinos nazis navegando en las aguas del Caribe y el Atlántico… Así que no es algo a lo que no estemos acostumbrados”, señaló.

Agregó que “hay una gran distancia entre la preocupación por un posible ataque y que este realmente ocurra. Si llegara a suceder, siendo nosotros ciudadanos estadounidenses, Washington se vería obligado a responder contra Venezuela”.

Principales socios de Venezuela en problemas

Rivera considera poco probable un ataque a cualquier zona o embarcación vinculada a Estados Unidos, en parte porque los principales aliados de Venezuela enfrentan serios desafíos propios. Rusia está por cumplir cuatro años en guerra con Ucrania, Cuba atraviesa una profunda crisis de abastecimiento, y China parece estar centrada exclusivamente en su región inmediata.

“Vamos a empezar por Rusia, que está envuelto en un proceso que ya pronto va a cumplir cuatro años en Ucrania y que no cesa, ¿verdad? Lo que es un tranque estratégico ahí y obviamente en virtud de las sanciones y en virtud de todo el esfuerzo bélico, Rusia no tiene las capacidades ni monetarias, ni financieras, ni militares para poder venir a asistir a Venezuela... China no tiene interés en expandirse militarmente más allá de su región. Porque en el lugar donde están molestando o jodiendo, como dicen en mi barrio, es en la región más cercana a su territorio, es decir, el East China Sea, el South China Sea, Taiwán”, recalcó.

“Y Cuba no está en su mejor momento y no creo que tenga ahora mismo esas capacidades que tuvo en antaño cuando mandaron fuerzas militares a Angola para defenderlos del régimen racista de sudáfrica”, agregó.

El profesor tampoco vislumbra un cambio de gobierno inminente en Venezuela, mientras el Ejército y las fuerzas policiales continúen respaldando a Nicolás Maduro. Aun así, considera que al mandatario venezolano le conviene “quedarse quieto”, especialmente ante el complicado panorama que enfrentan sus principales aliados internacionales. La limitada capacidad de apoyo externo y el delicado equilibrio interno refuerzan, según el historiador, la necesidad de cautela en medio de las tensiones con Estados Unidos por parte de Maduro.