La gobernadora Wanda Vázquez y el task force médico del coronavirus COVID-19 realizaron en la mañana de este jueves una actualización sobre la emergencia que causa esta novel enfermedad en la que aceptaron que libran una batalla ante la escasez mundial de pruebas, defendieron vehemente el periodo obligatorio de cuarentena, así como se planteó que, si no se hubiesen tomado medidas a tiempo, se anticipaban entre 16,000 a 20,000 muertes en la Isla.

La información salió a relucir durante un programa especial transmitido por la Corporación para la Difusión Pública (WIPR - Canal 6 y 3), llamado Medical Task Force Update.

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Como parte de las expresiones emitidas, tanto los médicos especialistas como la gobernadora insistieron que sin la ayuda de la ciudadanía no se logrará detener la propagación del COVID-19.

“Lo más importante es que nosotros respetemos el aislamiento. La manera de que el ‘lockdow’ o el aislamiento que se puso a través de la orden ejecutiva tenga el efecto de minimizar los casos y de que estos casos que ya estaban contagiado no contaminen a otros es estar en aislamiento. Es la medida correcta”, afirmó Vázquez.

Por su parte, el director médico del Centro de Trauma del Centro Médico, el internista Pablo Rodríguez planteó molesto que todavía se ven a muchos puertorriqueños en las calles, cuando se supone que estén encerrados en sus hogares.

La gobernadora y el task force médico ofrecen una actualización de la situación del coronavirus en la isla

La gobernadora y el task force médico ofrecen una actualización de la situación del coronavirus en la isla

Posted by Primera Hora on Thursday, March 26, 2020

“No hay medicamentos milagrosos. La única forma de evitar que la gente siga contagiándose es que nos quedemos en la casa... Esa cuarentena hay que hacerla en la casa”, insistió.

“Vamos a cooperar. El que tenga duda, que busque las estadísticas de hoy de España e Italia para que vean la severidad. Ayude a Puerto Rico”, añadió este participante del task force médico.

En medio de la exhortación a permanecer en los hogares, el epidemiólogo Juan Carlos Reyes aceptó que, si en la Isla no se hubiese tomado una acción rápida en contra del virus, se proyectaban entre 16,000 a 20,000 muertes.

“Que se aclare, que es bien importante, ese escenario es un escenario sin haber puesto una cuarentena, sin haber puesto algún tipo de gestión”, explicó.

El médico, sin embargo, no planteó cuál sería el panorama de muertes ahora que Puerto Rico lleva semana y media en cuarentena.

Lo que sí aceptó es que se auguran en los próximos días se registre un aumento de caso. Lo correlacionó a que se han aumentado la cantidad de pruebas que se le hacen a las personas que muestran los síntomas.

De hecho, los miembros del task force médico informaron que el Laboratorio de Salud Pública cuenta con 700 reactivos para hacer pruebas, pero que el kit para realizarlas, que incluye una especie de palito de algodón, ha escaseado.

El infectólogo Humberto Guiot aceptó que en uno de los centros que realizaba la prueba “ya no le quedaba nada”.

El coordinador del task force y rector del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Segundo Rodríguez Quilinchini, precisó que hoy se distribuirán 500 pruebas moleculares entre ocho hospitales. Indicó que se repartirán con un número de control para poder darle seguimiento a su uso.

También adelantó que hoy llegan 1,500 pruebas rápidas del COVID-19, cuyo resultado puede estar en menos de media hora. Estas serán distribuidas entre seis a ocho regiones de salud en centros Ipas, 330 y Centros de Diagnóstico y Tratamiento.

Tanto los médicos, como la gobernadora, destacaron que este problema con la adquisición de pruebas es a nivel mundial. Sin embargo, insistieron en que todos los días salen órdenes de compra para adquirirlas.

El grupo también pidió que se siga la información fidedigna sobre el coronavirus y no siga rumores, como los desatado el pasado fin de semana y que llevó a muchas personas a inundar los supermercados.

“Ahora mismo estamos lidiando con la epidemia de la desinformación”, indicó el epidemiólogo, al establecer el daño que los rumores y la información falsa pueden causar en la propagación del virus.