Juncos. “Por Juncos también pasó el huracán… aquí también necesitamos arroz, habichuelas y agua. Sobretodo, agua”.

Sentimientos de esterilidad, coraje y tristeza mortifican al alcalde de Juncos, Alfredo “Papo” Alejandro, cuando hace una radiografía de los efectos provocados por el inclemente azote del huracán María en su municipio, donde un mes después el 85% de sus 42,000 habitantes aún carecen del servicio de agua potable. Y sí, en algunos hogares también escasea el alimento.

El Ejecutivo Municipal dice haber agotado todo los llamados de auxilio, en particular para tratar de alivianar el problema del agua potable que hay en el pueblo donde las cuatro plantas de tratamiento y distribución de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) están inoperantes, a merced del colapso y de que, para colmo, se desate una crisis de salubridad.  De hecho, hace unas semanas se suscitó un brote de conjuntivitis en el barrio El Mangó donde entre los  afectados hubo niños albergados en “Casa de Todos”, un hogar transitorio para niños maltratados y madres víctimas de violencia doméstica.

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Comentó que una solución inmediata sería la instalación de generadores eléctricos en las plantas de tratamiento, pero la búsqueda de estos aparatos se ha convertido en una pesadilla.

“Necesitamos siete generadores y he tratado de conseguirlos desde la primera vez que fui al Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en el Centro de Convenciones. También se los he pedido a FEMA (Agencia Federal de Manejo de Emergencias), al Ejército, a todo el que me encuentro de frente. Pero no hay forma de conseguirlos”, dijo al agradecer las aportaciones que ha hecho la Guardia Nacional quienes le han dado “el 90% de las ayudas que han llegado a Juncos”.

El Alcalde está dispuesto a comprar al precio “que sea” un generador de 150 kilos. Con este, asegura, se podría reestablecer el servicio de agua a las 5,000 personas que viven en los residenciales y en barrios como Los Lirios y Valenciano.

“Ya le dije a la Contralora que si vale $60 mil, pero me la venden en $90 mil, la compraré. Y si violo la ley, como quiera la voy a comprar porque para mí el señalamiento es secundario. Para mí lo importante es que llegue el agua a las comunidades que, para colmo, no tienen luz, no tienen comida, no tienen nada”, manifestó.

“¿Hay junqueños pasando hambre”, se le inquirió.

“Sí, ha pasado… hemos visto nenes del residencial que dicen: ‘papi, mami, tengo hambre’. Allí, les compré una estufa bien grande y la puse en la cancha  para que hagan, aunque sea arroz y habichuelas, todos los días. Y les dije que vengan a buscar alimentos cuando necesiten porque aquí no se le negará comida a nadie no importa cuántas veces vengan”, dijo Alejandro quien, como muchos alcaldes, recurrió a criollizar los suministros otorgados por FEMA con arroz, salsas, aceite de cocinar, vegetales, entre otros alimentos.

“También compré 2 mil galones de agua y los estoy repartiendo sin distinción de persona. Y lo digo, porque un problema que estamos enfrentando es la fiscalización de los soldados del Ejército. No estoy en contra de que los federales vengan aquí, pero que no lo hagan para criticar y controlar las cosas de mi gente. Si se dijera que traen algo, Gloria a Dios, pero nada de eso. Y que sepan que aquí yo no le voy a negar agua ni comida a nadie”, advirtió.

Agregó  también que utilizará los fondos del Municipio -que también enfrenta un grave problema de telecomunicaciones- para proveer “cualquier tipo de ayuda” a los damnificados, incluyendo el auxilio a las más de 1,000 familias que perdieron el techo de su hogar. Incluso, pondera la idea de establecer en un antiguo colegio católico un centro de despacho de “comida caliente” en el que sus compueblanos puedan ir a almorzar.

“No es fácil lo que estamos viviendo los junqueños. No escucho en ningún sitio decir que hay que ayudar a Juncos. Se olvidaron de nosotros. Y eso me da tristeza”, lanza frustrado al destacar que aún quedan 25 personas refugiadas en su Municipio.

Dijo estar apenado, incluso, con artistas a los que les dio la oportunidad de exponer su talento en las tradicionales fiestas patronales que durante años se llevaron a cabo en su Municipio.

“He visto por ahí artistas que los quiero mucho…sé que han venido Daddy Yankee, Don Omar, Tito El Bambino y ninguno se ha acordado de Juncos. Pero, está bien. El Alcalde de Juncos no le fallará a la gente. Estaré en todos los rincones, día y noche, dando ayuda”, resaltó quien dice haber perdido hasta el sueño ante el tétrico escenario. “Apenas duermo cuatro horas pensando  en las noches qué puedo hacer por mi pueblo”, expresa quien luce más delgado y evidentemente triste y cansado.