En su corta estadía en prisión, Shannet Colón Ponce fue golpeada por reclusas y guardias correccionales, no se le proveían sus medicamentos para el trastorno de personalidad múltiple que padecía y su cuerpo fue hallado desnudo luego de un aparente suicidio.

Estas fueron algunas de las revelaciones que hicieron la mamá y las tías de la joven reclusa de 23 años durante la vista pública que realizó este martes la Comisión de Iniciativas Comunitarias, Salud Mental y Adicción del Senado para investigar el deceso registrado el pasado 2 de junio.

Según contaron, Colón Ponce se encontraba ingresada desde el 22 de abril en el Complejo de Rehabilitación de Mujeres, del Departamento de Corrección y Rehabilitación, en Bayamón, por robo de autos. No fue hasta el 25 de mayo que pudo recibir la primera y única visita de parte de una de sus tías. El 2 de junio supuestamente se suicidó, según ha alegado la agencia.

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No obstante, la familia no cree las tantas versiones que han escuchado sobre los cerca de 41 días que vivió Colón Ponce en prisión.

Hay muchas preguntas sin respuesta. Por eso nos hemos movido, porque vemos que nos están mintiendo en muchas cosas”, afirmó la madre de la fenecida reclusa, Jahaira Ponce.

En el resumen de eventos que fueron denunciados en la vista pública incluyó retrasos en las evaluaciones y exámenes médicos de Colón Ponce, pese a que la familia había advertido de que esta se encontraba en una etapa crítica de su enfermedad mental, a la que describieron como “psicosis”. Esto quiere decir que había perdido su contacto con la realidad.

Según expresó en la vista pública su tía, Cheilian Rosario, “se burlaron de su condición, no se pusieron en su lugar, no fueron responsables… Ni si quiera le dieron el servicio”.

Expuso que, durante el primer mes de reclusión no se le pudo visitar, porque no fue hasta el 20 de mayo que fue evaluada por trabajadores sociales. Alegó que la evaluación psiquiátrica estaba pautada para el 8 de junio. Pero la joven murió antes de esa evaluación.

Shannet fue víctima de un gobierno que solo busca ser punitivo por quien comete un delito… Están criminalizando la salud mental”, sostuvo.

Fue en esa primera visita que recibió Colón Ponce que la joven anunció que la pasaba mal en prisión.

La tía que la visitó, Laura Ponce, relató que ese día su sobrina le contó que varias reclusas y una guardia correccional la habían golpeado.

Dijo que salía muerta o metiéndome drogas”, señaló a los legisladores que le escuchaban, todos de partido de minoría.

El presidente de la Comisión, José Vargas Vidot, cuestionó por qué Colón Ponce le hizo esa expresión. A lo que la tía respondió que la reclusa “no podía seguir allí, porque la estaban maltratando”.

Para sostener sus denuncias, las tías presentaron una publicación en las redes sociales de una guardia correccional, a la que identificaron como Madeline Trinidad, en la que se incluyó una foto de Colón Ponce tomada de los medios de comunicación. Entre otras cosas, el mensaje decía “con la clase de joyita que tenemos que bregar… Te estoy esperando”.

“Mi sobrina fue golpeada por ellos”, denunció, de inmediato, Rosario.

Sin embargo, fue la comunicación a medias que ha tenido el Departamento de Corrección con varias versiones encontradas sobre los hechos que rodearon a la muerta de Colón Ponce lo más que indigna a la familia. Por ello, Rosario alzó la voz para reclamar “justicia para los pacientes de salud mental y justicia por la muerte de Shannet Colón Ponce”.

La primera en enterarse de la muerte fue su tía Laura Ponce. Dijo que la llamó una persona de Corrección para decirle que esta se había suicidado. No comentó nada, porque dijo que no tenía a su hermana cerca para y temía que algo le fuera a pasar.

Sin embargo, la madre de la reclusa, quien reside en Estados Unidos, se comunicó con un trabajador social, de apellido Plaza, en la mañana del 3 de junio. Entonces, este le comunica que su hija se había suicidado.

Rosario, quien fue quien entregó a la Policía a su sobrina para que comenzara el proceso penal por el supuesto robo de auto, fue la primera que acudió a buscar explicaciones de Corrección. Comentó que la dejaron tres horas esperando bajo el sol y que salió la supervisora de los trabajadores sociales, de nombre Ramonita, a atenderla.

Contó que la mujer le dio excusas por no tener información concreta sobre lo ocurrido, aludiendo a supuestamente sucedió fuera de horas laborales. Entonces le dijo “que allí todo el mundo decía que se había ahorcado, que se había tirado… Que esperara la investigación, que había cámaras de seguridad que iban a sustentar lo que ella estaba diciendo”.

Mas, la secretaria de Corrección, Ana Escobar Pabón, informó días después del deceso a los medios de comunicación que no había cámaras de seguridad cuando ocurrió el incidente. Aludió que en ese momento no había energía eléctrica. No obstante, la empresa LUMA Energy desmintió que no hubiese habido luz ese día.

Rosario no creyó la versión que le dieron. Es que contó que “en el peor momento de su trastorno, ella nunca había atentado contra su vida. Nos resultaba cuestionable si nunca ocurrió. Ella era creyente. Al ver que nos evadían, en un caso que es tan sensible, tan sensitivo, yo dije: ‘Aquí pasa algo’”.

Entre los detalles que reveló fue su reunión con la secretaria de Corrección el 7 de junio a las 8:30 p.m.

“Ella allí afirmó que era la hora del baño del módulo de máxima seguridad y que un guardia correccional fue para la celda de ella y que eso era de cristal. Ella nos dio los detalles. Ella expresó que eso, a vuelta redonda, se ve y que, cuando el guardia va, ve algo amarrado en cuello, que le abre la celda y que en cuestión de segundos, ella amarró lo que tenía en el cuello y se lanzó (desde el segundo piso). Que rápidamente ellos quisieron ayudarla y la subieron y que ellos tratan de revivirla, pero que ya era tarde”, contó.

Pero, a la familia le crea la duda de que el cuerpo de Colón Ponce apareció desnudo.

Rosario comentó que, para darle el CPR, no había necesidad de quitarle la ropa. También dijo que el protocolo para abrir una celda en máxima seguridad requiere que a los presidiarios se le coloquen las esposas antes de abrir el portón.

“Si eso ocurrió tal y como están expresando, entonces, ustedes le facilitaron a ella suicidarse”, dijo la tía.

Afirmó que el silencio de Escobar Pabón y la falta de empatía hacia la familia para dialogar sobre lo acontecido los llevó a levantar su voz de alerta.

“Por eso, alzamos la voz. La familia está verdad peleando por justicia, porque son preguntas que no tienen una respuesta. Fue mi hija, fue mi hija que falleció. Es mi hija”, dijo compungida la madre.

Comentó que se querelló en Corrección y hasta ha acudido al Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) y al Departamento de Justicia local a quejarse en contra de la agencia.

“Yo sé, como madre, que le pasó algo. Pero, yo no estaba y no puedo acusar a nadie. Solamente quiero que la agencia que corresponde a estas investigaciones que hagan su trabajo con transparencia”, clamó.

No obstante, Rosario denunció que desde que han levantado públicamente su voz para hablar de la muerte de Colón Ponce, nadie en Corrección ni de ninguna otra agencia les da explicaciones.

Lo que queremos es, primero, la verdad. Segundo, que se nos provean todos los documentos que se supone que eran parte de la investigación, como lo son la bitácora de todo aquel empleado que intervino con mi sobrina. Se solicitó también todo documento médico. Se solicitó copia de la declaración jurada que se le hizo en medio de la investigación, del personal que intervino con ella y toda la investigación. Que se haga justicia es lo que queremos. Quiero que me hagan un croquis de cómo fueron los sucesos, porque eso está incongruente”, puntualizó, al estipular que ya no confía en la investigación que realiza Corrección sobre lo acontecido.