Shanghái. Un menor crecimiento del producto interior bruto (PIB) chino, disrupciones en la cadena de suministro mundial o complicaciones en las negociaciones comerciales con Estados Unidos son algunas de las consecuencias que, según los expertos, traerá la epidemia de coronavirus a la economía china.

La demanda interna, el sector servicios y los pequeños negocios serán algunos de los infectados más graves por este virus nuevo que ya ha matado al menos a 213 personas en China y que ha hecho que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare la emergencia mundial por sexta vez en su historia.

"El sector servicios será el más afectado, sobre todo pequeños negocios como restaurantes o peluquerías en los que no se puede posponer el consumo, que necesitan efectivo para pagar a sus empleados y, al no tenerlo, habrán de declararse en quiebra", relata a Efe el profesor de Finanzas y Negocios de la New York University Shanghai, Rodrigo Zeidan.

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Y es que las imágenes de las sobrepobladas calles chinas se han sustituido estos días por ciudades fantasma con pocos comercios abiertos, y las fábricas y empresas han ampliado las vacaciones del Año Nuevo Lunar al menos una semana más, hasta el próximo 9 de febrero.

"Que haya sucedido en pleno Año Nuevo tiene algo bueno a nivel económico, y es que la cadena de suministro global ya contaba con lidiar con la falta de producción derivada de esta época", apunta el experto, quien cree, sin embargo, que, si la crisis dura, la "interrupción" de la cadena se sentirá fuertemente.

Esta epidemia, que hasta este viernes cuenta con 9,692 casos confirmados a nivel nacional, supondrá también una “perturbación en numerosos datos económicos así como en el PIB”.

Fuentes cercanas al Gobierno (aunque ninguna oficial, hasta el momento) ya hablan incluso de que el crecimiento económico de China podría caer al menos un punto porcentual, hasta al 5% en el primer trimestre de 2020.

Así lo afirmó recientemente en una entrevista con la revista económica Caixin Zhang Ming, economista de la Academia de Ciencias Sociales de China y asesor del Gobierno chino, quien añadió que no se puede “descartar la posibilidad de caer por debajo del 5%”.

Zhang estimó que su impacto en la economía de China podría ser significativamente mayor que el del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) de 2003, unos datos que hoy están usándose para hacer predicciones.

En un reciente informe, la consultora Oxford Economics dijo que el brote actual "podría ser un evento de alto impacto, pero de corta duración, similar al episodio del SARS de 2003", aunque reconoció que hay un riesgo de que su pronóstico de crecimiento de China durante el primer semestre baje.

En aquel entonces, recuerda la consultora, el crecimiento del PIB cayó dos puntos en el segundo trimestre (del 11.1% al 9.1%), y posteriormente se recuperó hasta el 10% en el segundo trimestre de 2003.

"En línea con esto, esperamos que el impacto del coronavirus de Wuhan se sienta principalmente en el consumo, a través de sectores minoristas y relacionados con el turismo, y en menor grado en otros factores económicos como la inversión y el valor agregado industrial", apunta.

Sin embargo, en opinión de Zeidan, la comparativa de estos dos períodos no es del todo acertada ya que en aquel momento China se encontraba "creciendo muy rápido": "La demanda mundial de productos chinos era una locura y esto permitió al país recuperarse muy rápidamente".

"Eso no está sucediendo hoy. Hoy China se ha convertido en una economía de servicios que depende del mercado interno por lo que esta interrupción será más profunda porque no hay suficiente demanda externa para ayudar a China", añadió el experto.

Así, "facilitar el suministro de dinero y permitir a los bancos prestar más para que las empresas puedan intentar sobrevivir" es una de las soluciones que, a su juicio, debería buscar el Gobierno chino.

Otro de los puntos a tener en cuenta, señaló Zeidan, es que el epicentro del brote está en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hebei, una de las más prósperas del país.

El director de Investigación Económica de la financiera Ostrum AM, Philippe Waechter, recordó en un reciente informe que Wuhan es la sede de los principales productores nacionales de automóviles y acero, y en ella están presentes unas 300 de las 500 principales empresas del mundo en este sector.

Esta crisis tendrá por lo tanto consecuencias para multinacionales del sector como Tesla, que ha clausurado temporalmente su recién estrenada mega fábrica en Shanghái por órdenes de las autoridades.

El cierre de las 30 tiendas físicas del gigante sueco Ikea o de la mitad de los cafés de la cadena estadounidense Starbucks están siendo también algunos de los daños colaterales que están sufriendo las marcas extranjeras afincadas en China.

Las aerolíneas, muchas de las cuales están suspendiendo sus vuelos con China, serán otras de las grandes perdedoras. Según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la crisis del SARS le costó a las aerolíneas el 8% de sus ingresos.

Y los expertos también concuerdan que también se verán afectadas las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos, ya que, según expertos citados por el diario hongkonés South China Morning Post, Pekín podría “reducir su capacidad” de cumplir el acuerdo alcanzado el 15 de enero por el que se comprometió a aumentar en 200,000 millones de dólares sus importaciones desde Estados Unidos.