Les Cayes, Haití. Los habitantes de Les Cayes, en el suroeste de Haití, buscan con desesperación entre los escombros a los que se han visto reducidos algunos edificios por el terremoto de 7.2 del sábado cualquier cosa que pueda ser útil o valiosa para subsistir.

Cada vez que la retroexcavadora para de retirar los restos del derrumbe de un hotel, decenas de personas encaramadas a la montaña de escombros rebuscan por si aparece alguna maleta con prendas de ropa, incluso se llevan los hierros que conformaban la estructura del edificio.

La población que no se ha visto directamente afectada por el sismo trata de buscar el sustento como sea, tienen hambre y pocas perspectivas de salir airosos de este nuevo desastre.

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Un hospital al raso

Mientras, miles de heridos reciben atención en el exterior de los hospitales, que no alcanzan a dar cabida a tantos afectados.

Pacientes con roturas yacen en campamentos improvisados junto al Hospital General de Les Cayes, donde hasta se ha montado un área de neonatos.

El doctor Pierre James, traumatólogo del Hospital General de Les Cayes, dijo en declaraciones a Efe que en el día de hoy, a pesar de la cantidad de gente acampada en el exterior, la situación es “más o menos estable”.

Y explicó que los pacientes prefieren estar fuera, porque “tienen miedo de estar dentro” del recinto, por si hubiera réplicas.

“Estamos gestionando a enfermos que llegan. Después de dos días, estamos gestionando a personas enfermas con trauma estable”, dijo el médico, que también se mostró preocupado por el avance de la depresión tropical Grace hacia esta zona del país.

Un paciente con un adhesivo en la frente con un número cinco escrito a modo de identificación, explicó que inmediatamente se dio cuenta de que se estaba produciendo un terremoto, se puso un pantalón y salió de su casa.

El hombre, llamado Duval Reynold, ha tenido suerte, puesto que su familia no ha resultado herida y su casa no ha sufrido daños, afirmó.

Sin embargo, Marie dice que no tiene a donde ir cuando se recupere de la rotura de brazo que sufrió el día del sismo, aunque, por fortuna, el fuerte temblor no ha dejado más heridos en su familia.

Para trasladar a los pacientes a otros lugares cualquier tipo de transporte es válido, ya sea en la parte trasera de una camioneta o, si el enfermo puede incorporarse, en una motocicleta.

Al aeropuerto también llegan heridos que esperan ser evacuados en helicóptero a otros puntos del país donde recibir atención médica, de modo que también en esas instalaciones se forma una especie de sala de espera de traumatología.

Curiosamente, esa zona de Les Cayes, la del aeropuerto y su entorno, ha salido indemne de la fuerte sacudida frente a los efectos devastadores sufridos en el centro de la ciudad.