Tokio. Japón emitió el martes una advertencia por un posible megaterremoto después de que un sismo de magnitud 7.5 golpeara frente a la costa este de Aomori, la prefectura más al norte de la isla principal de Honshu, y justo al sur de la isla septentrional de Hokkaido. Los daños por este terremoto fueron modestos: 34 heridos, en su mayoría leves, y algunos daños en carreteras y edificios.

Las autoridades dijeron que la advertencia no es una predicción y que la probabilidad de un terremoto de magnitud 8 o mayor es de solo alrededor del 1%. Pero esperan que la advertencia sirva como llamado de atención ante un sismo que podría causar una devastación similar a la del desastre de 2011, que dejó cerca de 20,000 muertos y destruyó una planta nuclear.

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Se dijo que existe un mayor riesgo de que ocurra otro terremoto posterior, de magnitud 8 o más, dentro de la próxima semana. Los funcionarios instan a los residentes, especialmente en las zonas costeras, a estar preparados para poder tomar una mochila de emergencia y salir corriendo lo antes posible si se produce un temblor mayor.

Esta advertencia se percibe como prudente en comparación con otra emitida el año pasado. La mitad sur de la costa del Pacífico de Japón recibió una advertencia de megaterremoto del “Foso de Nankai” en el verano de 2024, pero la ambigüedad de esa alerta provocó compras de pánico de alimentos de emergencia, cancelación de eventos y cierres de negocios.

Una mirada visual a los sismos más intensos de la historia y el reciente terremoto de magnitud 8.8 en Rusia.

Advertencia de megaterremoto para la costa noreste de Japón

La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) afirma que el potente sismo del lunes aumentó temporalmente los riesgos potenciales en las regiones de Hokkaido y la costa de Sanriku. Es donde la Placa del Pacífico, bajo Japón, forma dos fosas —la Fosa de Japón y la Fosa de Chishima— que han causado varios terremotos de gran magnitud en el pasado.

Expertos señalan que el mortal terremoto y tsunami de 2011 fueron causados por movimientos asociados a la Fosa de Japón. Esta se extiende desde la costa este de Chiba hasta Aomori, mientras que la Fosa de Chishima se extiende desde la costa este de Hokkaido hasta las islas del norte y las Kuriles.

Al explicar la advertencia, la JMA recordó que el terremoto de magnitud 9.0 del 11 de marzo de 2011 —que devastó amplias zonas de la costa norte de Japón— ocurrió dos días después de un sismo de magnitud 7.3 que se registró en la Fosa de Japón, frente a la costa este de Iwate, una de las áreas más afectadas tanto en ese desastre como en el terremoto del lunes.

El sismo de 2011 provocó un tsunami que arrasó con las ciudades costeras de Iwate, Miyagi y Fukushima. La ola, que superó los 15 metros (50 pies) en algunas zonas, golpeó y destruyó la planta nuclear Fukushima Daiichi, generando un temor profundo a la radiación que persiste hasta hoy.

Podría provocar un tsunami de 98 pies y matar a casi 200,000 personas

Otro megaterremoto frente a las costas de Hokkaido y Sanriku podría generar un tsunami de hasta 30 metros (98 pies) en la región, matar hasta 199,000 personas, destruir hasta 220,000 casas y edificios, y causar daños económicos estimados de hasta 31 billones de yenes (198,000 millones de dólares), según cálculos del gobierno. También estima que hasta 42,000 personas podrían sufrir hipotermia en invierno.

Las zonas incluidas en la advertencia abarcan 182 municipios desde Hokkaido hasta la prefectura de Chiba.

Trabajadores retiran escombros en el centro comercial Hachinohe Shopping Center Lapia después de que un terremoto de magnitud 7.5 sacudiera la costa noreste de la prefectura de Aomori a las 11:15 p. m. del 8 de diciembre.
Trabajadores retiran escombros en el centro comercial Hachinohe Shopping Center Lapia después de que un terremoto de magnitud 7.5 sacudiera la costa noreste de la prefectura de Aomori a las 11:15 p. m. del 8 de diciembre. (HIROTO SEKIGUCHI)

La advertencia separada de Japón sobre un megaterremoto aún más destructivo en el Foso de Nankai, que afecta la mitad sur de la costa del Pacífico, fue activada por primera vez en agosto pasado tras un sismo de magnitud 7.1 frente a la costa este de Miyazaki.

En una estimación de daños de 2013 por un posible megaterremoto en el Foso de Nankai, el gobierno indicó que un sismo de magnitud 9.1 podría generar un tsunami de más de 10 metros (33 pies) en cuestión de minutos, matando a hasta 323,000 personas, destruyendo más de 2 millones de edificios y causando daños económicos superiores a los 200 billones de yenes (1.28 billones de dólares) en la región.

Piden calma y preparación

Los funcionarios subrayan que la advertencia más reciente no predice que vaya a ocurrir un megaterremoto en un momento o lugar específico, dijo en rueda de prensa Tsukasa Morikubo, funcionario del gabinete para la prevención de desastres. Llamó a los residentes a mantenerse cautelosos y preparados, pero continuar con sus actividades diarias y laborales.

Las autoridades instan a tener una mochila de emergencia con provisiones para varios días, junto con zapatos y cascos. También recomiendan que las familias hablen sobre rutas de evacuación y que las personas duerman con ropa de día, no en pijamas, para poder escapar inmediatamente. Los muebles también deben estar fijados al piso o a las paredes.

Los municipios incluidos explicaron la advertencia en sus sitios web y comenzaron a revisar sus reservas de suministros y equipos para usar en los refugios.

La ciudad de Iwaki, en Fukushima, instó a los residentes a registrarse para recibir correos electrónicos de emergencia, mientras que funcionarios del pueblo de Oarai, en la prefectura de Ibaraki, al noreste de Tokio, revisaron dispositivos de comunicación inalámbrica.

La primera advertencia de megaterremoto emitida en agosto del año pasado contenía muchos tecnicismos científicos. Preocupó y confundió a muchos en todo el país. Algunas ciudades cerraron playas y cancelaron eventos anuales, decepcionando a muchos viajeros durante las vacaciones budistas.

Muchas personas pospusieron viajes y compraron arroz, fideos secos, agua embotellada y baños portátiles, dejando vacíos los estantes de supermercados en el oeste de Japón e incluso en Tokio, que está fuera de la zona de riesgo.