No querellarse a la Policía, solicitar una orden de protección o hablar con un conocido para revelar que se está en una relación violenta es una acción que se ha tornado cada vez más común entre las víctimas de violencia de género. 

“Lo que hacen es disimular su sufrimiento, porque no encuentran apoyo en las instituciones sociales”, sentenció la sicóloga social Mercedes Rodríguez López al explicar lo “típico” que se ha tornado que las mujeres no denuncien a su agresor. 

La expresión la hizo al reaccionar a la trágica muerte de Yashira Serra Santiago durante la madrugada de ayer en Hormigueros, de la cual se alega que no hubo una señal de alerta que pudiese haber evitado que su pareja la matara. Los vecinos aludieron a que eran una pareja que no presentaba problemas y que asistían a una iglesia evangélica. 

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La experta comentó que estos casos de los que supuestamente no se dio alerta ocurren porque “el peso de la violencia de género es tan grande” para la víctima y la comunidad no está educada para ayudarle. 

“Están sobreviviendo a la violencia doméstica solas y sin apoyo, porque estamos en una sociedad que tolera y no nos educamos para ponerle un freno”, destacó Rodríguez López. 

Sin embargo, esa ausencia de “un historial previo, de hacer uso de la Policía o la Ley 54 (Ley para la Prevención e Intervención con la Violencia Doméstica) no quiere decir que no había una relación de intimidación o cierto nivel de violencia”, destacó la doctora Vivian Rodríguez del Toro, quien labora en el Centro de Apoyo a Víctimas del Crimen de la Universidad Interamericana.

“Lo que vamos reflejando es que aquí no hay necesariamente un perfil tan claro (del agresor y de la víctima). Una cosa es la imagen que las personas presentan en la comunidad y socialmente, y otras cosas es lo que ocurre dentro del ámbito de la relación. Lo que hay que seguir insistiendo con las mujeres es en el tipo de relación que tengan. Si empiezan a ver control, intimidación, de querer establecer horarios, amistades, la ropa, ya es un indicador. Ese nivel de control, eso es un indicador de riesgo”, agregó la sicóloga y catedrática universitaria.

Ante tal marco, las expertas urgieron a educar por la equidad de género y la violencia. 

“El mayor favor que le podemos hacer a los jóvenes es educarlos de que el que te ama, no te cela, eso es control… A los varones educar que controlar a la mujer no los convierte en más hombrecitos. Eso no es hombría. El respeto y la consideración mutua, esa es la mejor muestra de amor”, argumentó Rodríguez del Toro. 

La sicóloga social Rodríguez López, por su parte, también insistió en la necesidad de decretar una emergencia nacional por la violencia de género. 

“Reconocer el problema es lo primero que hay que hacer, examinar medidas, mirar experiencias de Estados Unidos, Europa, América Latina. Hoy hay más información que nunca y, proporcionalmente, se hace menos que antes… Hay que hablar del tema, tomar una posición clara de repudio a la violencia, de respeto a la vida, acompañar a las víctimas, facilitarle servicios de apoyo. Pero, ahora mismo, cuando tú te quejas, ¿hay justicia? Ahora mismo, eso no se ve”, criticó.

De paso, las sicólogas tronaron contra la expresión hecha por la procuradora de las Mujeres, Lersy Boria, en torno a que la muerte de Yashira fue un caso “aislado”. 

 “Es una pena que ella no se haya enterado de que esa es la realidad de las víctimas. Esas expresiones de decir que es un caso aislado eso estigma más a las mujeres que están pasando lo mismo que pasó esta mujer”, dijo Rodríguez López.