Conversar sobre el suicidio con nuestros jóvenes es una herramienta fundamental de prevención, no incita a hacerlo, sino que abre las puertas para evitar un desenlace fatal al lograr la expresión de sus emociones.

De esta manera lo expresa la psicóloga clínica Dra. Amarilis Ramos Rivera y presidenta del Grupo SEPI al recordar que septiembre es el Mes de la Prevención del Suicidio.

En Puerto Rico, desde el año 2000, más de 7,100 personas se han privado de la vida. El 85% de las víctimas son hombres.

Mientras, las cifras de la población juvenil LGBTQ+ son consideradas alarmantes, ya que para el 2024 el “Trevor Proyect” encontró que un 30% de jóvenes trans y no binarios en la isla ponderaron el suicidio. El 18% intentó quitarse la vida en el último año.

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Detrás de cada porcentaje hay un rostro, un joven que necesita ser escuchado y acompañado. No podemos normalizar estas cifras como si fueran inevitables”, observó Ramos Rivera en entrevista con Primera Hora.

Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años, con más de 720,000 fatalidades anualmente.

El Youth Risk Behavior Survey (2019) del Departamento de Salud y los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades reportaron que el 15.9% de los estudiantes en el mundo tuvo pensamientos suicidas y el 39% de los trans o no binarios consideraron seriamente la muerte intencional.

En Puerto Rico, hasta el 31 de agosto se habían reportado 128 suicidios, de los cuales 111 eran hombres y 17 mujeres, entre las edades de 18 a más de 65 años, según reflejan los datos de la División de Estadísticas de la Criminalidad de la Policía de Puerto Rico. En el año 2024 los suicidios totalizaron los 194.

Un 50% de los fallecidos son adultos mayores.

En el 2025, el 55% de los casos las víctimas se ahorcaron y en un 27% se dispararon. También figuran seis casos de personas que se lanzaron al vacío e igual cantidad de muertes por cortaduras y una persona por quemaduras, entre otras incidencias. Esta tendencia es similar que se observó en el 2024.

“Hemos observado a nivel mediático que se le ha dado bien duro a los jóvenes con muchas situaciones o conductas de agresión, de maltrato escolar, ‘bullying’, acoso, muertes, asesinatos y vemos que es bien relevante tomar en consideración esos niveles estresores, porque los jóvenes comienzan a sentir unas presiones bien fuertes y entonces nosotros como papás comenzamos a escuchar muchas cosas, pero no nos atrevemos a preguntar”, sostuvo la psicóloga clínica.

Amarilis Ramos, psicóloga clínica y presidenta del Grupo SEPI
Amarilis Ramos, psicóloga clínica y presidenta del Grupo SEPI (alexis.cedeno)

Las áreas policíacas en las que más casos han ocurrido este año son Bayamón (28), Arecibo y Mayagüez (17), San Juan (15) y Caguas (13).

¿Cómo abordo el tema?

La experta puntualizó que la persona que se suicida no lo hace porque no tenga deseos de vivir más, “es que no quiere vivir más con ese dolor que siente ese momento específico”.

El suicidio no es un diagnóstico de salud mental específico. De acuerdo con su definición, “es la manera en que un individuo determina concluir con su vida de manera súbita e inesperada”.

Los mitos y los estigmas que a través de los años se han enraizado en nuestra sociedad suelen ser otros obstáculos para reconocer y atender un problema como este, que es de vida o muerte, por lo que se le debe dar valor a los pensamientos de la persona que lo está contemplando para juntos buscar alternativas reales.

En su opinión experta, lo más importante al hacer este acercamiento es llevar a la persona a reconocer que tiene estos pensamientos para convencerla de buscar ayuda profesional y que sienta que no está sola en ese proceso.

“No nos atrevemos a preguntar directamente, porque existe el mito de que ‘si se lo pregunto, le genero la idea (de quitarse la vida)’. No hay ningún estudio científico comprobado que, en efecto, el hacer la pregunta genera una acción o un deseo; todo lo contrario, genera apertura para reconocer e identificar cuáles son las necesidades para proveerle apoyo y ayuda. En todos los estudios e investigaciones se sugiere que es la manera idónea de reconocer la necesidad de una persona de que está teniendo pensamientos o ideas suicidas”, puntualizó.

A su vez, recomendó hacer la pregunta de manera abierta si usted es quien más cerca está de la persona en riesgo, porque le transmite su interés en saber lo que siente, lo cual es importante, ya que es un momento de apertura para comunicarse.

Es normal, según indicó, que la persona muestre resistencia a recibir ayuda psicológica ya que puede pensar que será estigmatizado como un “loco”.

“Esta palabra tan terrible que ha puesto el ser humano, de loco, le pone estigma a la ayuda y es dejarle saber todo lo contrario; decirle ‘esto se fortalece y yo estoy aquí para ir de la mano contigo a apoyarte a llevarte a ese lugar’”, indicó Ramos Rivera, al advertir que a ese ser no se le puede dejar solo hasta que se logre la ayuda directa y que un profesional descarte los riesgos.

Recomendó no minimizar en sentimiento o la situación que está atravesando la persona. Además, para que se abra un canal de comunicación sincero, hay que darle valor a la situación y preguntar cómo puede ayudar, acompañarlo o hasta aliviarle una carga de sus deberes diarios.

“A veces opinamos y eso no es lo que quiere la persona; la persona lo que quiere es lo que nosotros en la psicología le decimos ‘la catarsis’. Es sacar todo ese sentimiento y ese dolor que tiene y expresarlo, pero no necesariamente escuchar nuestra opinión”, explicó la doctora. Esto debe ser así, porque cada herramienta y situación se sana de manera individual.

En casos en los que no se siente el apoyo familiar, que es esencial para promover los estados de apegos adecuados, se debe recurrir a una figura a la que se pueda abrazar, apoyar y que le escuche -tales como amigo, maestro, trabajador social, una persona que da consejos positivos, compañeros de trabajo e incluso aunque no sea tan cercano, como el pastor o sacerdote- y profesionales como la Línea PAS de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), disponible en el 1-800-981-0023 o marcando el 988.

Aislarse de los entornos sociales tampoco es una opción.

Ayuda directa

El grupo SEPI fue fundado en el 2012 con el propósito de promover estilos de vida saludables a nuestra población y ofrece servicios psicológicos e intervenciones estructuradas con estrategias dirigidas al cambio de pensamientos, valores y conductas.

“No aguantes presión” es un taller libre de costo creado por el Grupo SEPI para la prevención del suicidio juvenil que se llevará a cabo el 24 de septiembre a las 6:00 p.m. en su sede en la calle Bolívar #360, en Santurce.

Para reservaciones, puedes llamar al (787) 404-5933.

“Tenemos que ver cómo podemos trabajar con las comunidades jóvenes, en cuanto no solamente sobre cómo se sienten, sino cómo apoyan o no a otros jóvenes que están en situaciones susceptibles o vulnerables”, reiteró Ramos Rivera.