Pese a los reclamos de la defensa para postergar el inicio de la vista preliminar, el único sobreviviente de la matanza familiar ocurrida en Guaynabo, en noviembre pasado, declaró hoy, viernes, ante la jueza Sylvia Díaz Solla, del Tribunal de Bayamón.

Mediante sistema de circuito cerrado, el menor de 13 años relató el miedo que sintió al escuchar los disparos que segaron la vida de su papá, Miguel Ortiz Díaz; su mamá, Carmita Uceda Ciriaco; su abuela, Clementina Ciriaco López y su hermano mayor, Michael Ortiz Uceda.

Como parte de su testimonio, reveló que trató de apelar al sentimiento de Christopher Sánchez Ascencio y de José Luis Bosch Mulero para que no lo mataran y en otro momento simuló estar muerto para evitar que lo atacaran nuevamente.

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En la Sala 404, los imputados escucharon cabizbajos al adolescente narrar que la noche del 17 de noviembre Christopher llegó a su casa a pagar el alquiler de la casa que arrendaba a sus progenitores.

A preguntas de la fiscal Janet Parra, respondió que se encontraba en el cuarto, jugando con su hermano, mientras su papá y su mamá despedían a Sánchez Ascencio. Entonces, escuchó a su padre decir “Christopher, chico, no hagas esto, por favor”.

“Cuando fui a la puerta a ver, había un hombre grande, de pelo largo, apuntándole a mi padre con un arma”, indicó en referencia a José Luis.

Hablando en un español matizado por el inglés, el menor señaló que posteriormente José Luis los llevó a un cuarto.

“Yo, mi papá, mi mamá, mi hermano y Christopher nos acostamos en el piso”, apuntó.

José Luis pidió el dinero y los celulares, que su familia entregó sin resistencia mientras permanecía en el suelo. Contó que en un momento separaron a su papá del grupo y que “Christopher sacó el celular para llamar a la Policía”, pero que su hermano le pidió que guardara el aparato.

En un testimonio, que se extendió como una hora, apuntó que se asustó y lloró cuando escuchó a la distancia el disparo que le quitó la vida a su padre.

“Mi mamá estaba llorando y rezando”, apuntó.

Dijo que después José Luis llevó a los otros miembros de la familia a la sala, donde les pidió que se pusieran de rodillas.

“Cuando me arrodillo, cierro los ojos y me tapo los oídos y escucho un tiro y siento algo que me cae encima. Cuando miro para el lado, era mi mamá que cayó encima de mí”, afirmó.

A pocos pasos, vio que el cuerpo de su abuela yacía en una silla.

En ese momento, fue que se percató que Christopher también tenía un arma en sus manos.

Narró como Christopher y José Luis lo secuestraron junto a su hermano y dejó entrever que Christopher mató a su hermano de un disparo. Luego, contó que ambos imputados intentaron matarlo aplicándole una especie de llave en el cuello y como Christopher trató de cortarlo a él con un cuchillo.

“Traté de hablar como para darle pena a los dos. Le dije que ese día mi hermano cumplía años, que era verdad, y Christopher me dice que lo siente de verdad. Que no quería que eso pasara”, afirmó.

Afirmó también que luego de que fallaron en los intentos de matarlo, Christopher lo lanzó por un puente y que caminó hasta llegar a una comunidad donde recibió ayuda.

Los abogados defensores Mayra López Mulero y Oscar Martínez Borrás, que representan a José Luis, así como Orlando Cameron Gordon, quien representa a Christopher, no realizaron preguntas al testigo que entró a sala a identificar los imputados porque aseguraron que la jueza había violado el debido proceso de ley y el derecho constitucional a la careo al realizar la vista sin que los abogados estuvieran listos.

En la mañana, los abogados pidieron el aplazamiento del proceso y ante la renuencia de la jueza a hacerlo acudieron al Tribunal de Apelaciones con la petición. Pero este foro no acogió su petición.

En sala, a lo largo de la vista los abogados insistieron en que la vista no podía empezar porque el Ministerio Público no le había entregado prueba exculpatoria o que beneficiaba a sus clientes, que era necesaria para prepararse y ver la vista.

También reiteraron su petición de separar la vista preliminar porque había defensas encontradas, una petición que rechazó la jueza. Además, cuestionaron que al menor se le tomara una declaración jurada.

Los abogados, además, objetaron una enmienda que autorizó la jueza para añadir la modalidad de asesinato estatuario a los pliegos acusatorios. Ahora los imputados enfrentan cargos de asesinato premeditado y estatuario, que significa que ocurrió una muerte en medio de otro delito.

Fuera de sala, López Mulero y Cameron Gordon reiteraron que el testimonio del menor contiene alegaciones que benefician a sus respectivos clientes.

“En las declaraciones del menor hay prueba exculpatoria porque la definición de prueba exculpatoria son todas las manifestaciones que aunque no exculpen en su totalidad a una persona imputado de delito son manifestaciones que benefician independientemente de que sean confiables o no al momento de adjudicar”, aseguró Cameron Gordon.

López Mulero, por su parte, señaló que no descarta recurrir nuevamente al Tribunal de Apelaciones y cuestionó que la jueza no quisiera emitir una resolución para apoyar ese trámite.

“Esto que está ocurriendo es algo inusual e insólito y en mi experiencia nunca antes visto”, apuntó.

El fiscal José Virella Santana rechazó los planteamientos de los abogados defensores.

“Aquí se trata de una sutileza que se plantea que se dice que todas las notas que tengan que ver con ese menor hay que entregarlas y eso es falso. Hay que entregar aquella evidencia que sea exculpatoria, el resto de la prueba se entrega luego de la determinación de causa para juicio y de la lectura de acusación”, subrayó.

“No hay prueba exculpatoria. Ustedes tienen que ver la declaración del menor en la totalidad de las circunstancias. Aquí lo que ha desfilado ante ustedes es un individuo que se hizo la víctima, que obviamente no era una víctima y que después está con una pistola, en el mismo lugar de los hechos, y trata de matar a los otros menores. Cualquier persona que llega a esa conclusión se da cuenta que cualquier hecho que parece exculpatorio es una actuación”, agregó.

La vista continúa el 23 de enero.